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El auge de las franquicias extranjeras en el mercado inmobiliario

Las finanzas del Estado provincial están agotadas y no es de hoy. La política ha manejado las cuentas públicas con una irresponsabilidad de tal magnitud que ha comprometido y puesto en jaque el desarrollo de toda una Provincia. Bajar el Gasto Público es la consigna que se pide a gritos, pero no está claro qué significa eso.

Por Mariano García Malbrán
Presidente de CAMESI

En los últimos años, Argentina ha experimentado un crecimiento significativo en la presencia de empresas que prestan servicios a corredores inmobiliarios a través de marcas internacionales con sistemas probadamente exitosos y que, de la mano de empresarios y emprendedores argentinos han decidido trasladar su know how y modelo de trabajo colaborativo en redes personales y digitales a nuestro país.

Marcas reconocidas globalmente como Re/Max, Coldwell Banker, Century 21, Keymex Immobilier y Keller Williams, entre otras, no solo han consolidado su posición en el mercado local, sino que también han transformado las prácticas y estándares del sector. Este fenómeno no es exclusivo de Argentina, es un reflejo de tendencias globales que se observan en mercados tanto emergentes como desarrollados.

El aporte más importante realizado por estos empresarios argentinos es la reconversión profesional de manera directa de más de 15.000 emprendedores de todo el país, más otros 30.000 mil que con actividades conexas al sector han encontrado una forma de tener su propio emprendimiento o empresa con notables ganancias, además de contar con la autonomía y los beneficios del trabajo independiente.

La llegada progresiva de las marcas más importantes del mundo a nuestro país trajo aparejado un mejoramiento en el profesionalismo del sector, en el nivel de atención a los clientes y en crear expectativas de servicio que antes no existían. A todo ello se suma algo muy importante, y es que se produce al mismo costo de comisiones que las inmobiliarias tradicionales.

Es clave entender que estos avances forman parte de un contexto más general. Así, este proceso de innovación no sólo es aplicable al mundo de los bienes raíces, prueba de ello es que, en la comercialización de todo tipo de bienes y prestación de servicios, la llegada de empresas que prestan servicios ágiles, de forma digital, en red, con simpleza en la comunicación y en la forma de pago, ha avanzado significativamente y ha producido una mejora visible para los usuarios, quienes muchas veces los prefieren a los sistemas tradicionales (por ejemplo: correos, taxis, bancos, diarios en papel, etcétera).

La introducción de la tecnología y el trabajo en red por parte de las empresas que prestan estos servicios generó, además, una competencia que hizo que quienes no se adapten a estos cambios tengan resultados comerciales menos beneficiosos. Esto ha generado que ciertos sectores inmobiliarios más conservadores no vieran con buenos ojos estas innovaciones, como ha ocurrido a lo largo de la historia cada vez que hubo renovaciones importantes en distintos sectores de la sociedad y la economía. Sin embargo, los avances en todos los niveles que ofrece este tipo de trabajo en el ámbito inmobiliario, las mejoras en los servicios para los clientes y el aumento de las ganancias para empresarios y colaboradores, da como resultado un balance en que todos ganan, conocido como win-win.

Si vemos el punto de vista de los clientes, hoy son conscientes de que, para optimizar el resultado de su proceso de venta, esto es vender su propiedad al máximo precio que el mercado está dispuesto a pagarle, en el menor tiempo posible y con la máxima seguridad jurídica, el camino a elegir es el de contratar a corredores inmobiliarios actualizados y profesionalizados que presten servicios en red. En este sentido, existe una demanda creciente por servicios inmobiliarios que ofrezcan profesionalismo, trabajo en redes, transparencia, eficiencia y una experiencia al cliente de estándar internacional, cualidades que las marcas que se han sumado al mercado argentino han sabido incorporar a la idiosincrasia nacional.

Vemos día a día cómo crece el interés de inversores argentinos para desarrollar estas marcas, ya sea quienes adquieren los derechos para su comercialización en el país, como quienes contratan el servicio para transformar su inmobiliaria en un centro de servicios que exceden la mera comercialización de bienes inmuebles para modificarse en una unidad de negocios, en los que la rentabilidad aumenta sus límites.

Como consecuencia de todo lo anterior, el crecimiento y la expansión de las empresas argentinas que prestan un servicio con marcas internacionales es una realidad en la que permanentemente se suman corredores inmobiliarios y emprendedores, y motoriza muchos sectores económicos del país ya que la compra venta de inmuebles genera crecimiento en venta de materiales de construcción, mano de obra, desarrollos inmobiliarios, rubros anexos a la construcción, empresas de aberturas, pisos, sanitarios, etcétera y, además, la contratación de profesionales tales como arquitectos, escribanos, agrimensores, diseñadores de interiores y paisajistas, entre otros rubros.

El futuro del sector inmobiliario llegó para quedarse a nuestro país, brindando beneficios para todas las partes, frente a un mercado que estuvo estancado durante años. Aunque ciertos sectores colegiados apunten a modelos cerrados y desactualizados, los nuevos tiempos traen transformaciones importantes y, mientras apunten al desarrollo y el bienestar de clientes, profesionales y empresarios, vienen con lo mejor del mundo globalizado.

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