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Entre Ríos cierra otro año agrícola con muy buenos resultados en cuanto a la producción, pero que no acompañan con los montos recaudados por los productores, a causa de la baja cotización de los granos.

Por Martin Oleinizak
El campo sigue siendo el gran motor de la economía entrerriana. Como todos los años. Como en toda su historia.
Si bien la industrialización sigue creciendo y agregando valor a la producción primaria, todavía las materias primas siguen siendo la principal fuente de ingresos a la economía de esta provincia.
La campaña agrícola que comenzó con la siembra de trigo en junio de 2024 cerró en mayo de este año con la finalización de la cosecha de soja. En ese período, se sembraron 2.420.250 hectáreas y se convirtió en la mayor cantidad de hectáreas sembradas en Entre Ríos, incrementando en un 1,5% más que el récord registrado en la campaña anterior. En los últimos cinco años, Entre Ríos ha ido logrando incrementar las hectáreas sembradas, mejorando año a año este guarismo.
Se sembraron 2.420.250 hectáreas y se convirtió en la mayor
cantidad de hectáreas sembradas en Entre Ríos, incrementando
en un 1,5% más que el récord registrado en la campaña anterior
¿Qué se sembró? La soja volvió a ser la protagonista del campo entrerriano, en un año donde el maíz perdió una gran cantidad de hectáreas por el temor a la “chicharrita” que había afectado fuertemente sobre el final de la campaña anterior. El 53% de la superficie fue ocupada por soja, mientras que el trigo ocupó el 26% y el maíz solamente el 12% del total. El resto de los cultivos como el sorgo, arroz y girasol tuvieron un incremento también, en relación a la campaña anterior.
Con ese volumen de hectáreas sembradas y condiciones ambientales que fueron buenas en general, la producción de granos dejó números más que favorables en la mayoría de los cultivos. En términos totales, la producción total de Entre Ríos superó por segundo año consecutivo los 8 millones de toneladas, pero no alcanzó para mejorar la del año anterior. En total, fueron 8.292.850 toneladas producidas, un 6% por debajo al récord que había tenido la provincia un año antes.
La producción total de Entre Ríos superó
por segundo año consecutivo los 8 millones de toneladas
Como todos los años, le ponemos cuánto sería la facturación del campo entrerriano en la campaña. El ejercicio que hacemos es “vender” toda la producción a los valores vigentes sobre el final de cada cultivo y sumarlos. Ese número arroja el valor de la producción agrícola en esta campaña 2024/2025 y es de 1.746 millones de dólares, un 7,5% menos que lo recaudado por el sector el año anterior.
Trigo, casi en 2 millones de toneladas
El principal cultivo de invierno cerró su cuarto año consecutivo con números más que aceptables. Si bien hubo una caída en las hectáreas sembradas, ese número no fue más que del 2% y llegaron a 616.800, casi 13.000 menos que el año anterior.
El descenso del área estuvo asociada a demoras en la cosecha de soja, debido a los excesos hídricos en marzo y abril. A eso se sumó que a partir de junio de 2024 se instaló fuerte un déficit hídrico que imposibilitó alcanzar el área proyectada, especialmente en lotes con materiales de ciclos intermedios a cortos. Las condiciones climáticas durante el ciclo 2024/25 se caracterizaron por una muy buena recarga hídrica de febrero a mayo seguido por un periodo muy frío y seco desde junio a septiembre.

El rendimiento promedio provincial registró una caída interanual del 13% casi en el promedio de último lustro, y finalizó con 3.186 kg/ha. Con estos números, la producción total de trigo casi llegó por tercer año consecutivo a los 2 millones de toneladas y quedó en 1.965.005 T., lo que implicó una merma en la producción del 14%.
Los departamentos del sector Sureste (Gualeguay, Gualeguaychú, Tala y Uruguay) abarcaron el 40% de la superficie cultivada, con un rendimiento promedio de 3.727 kg/ha y representaron el 46 % (904.160 t) de la producción total. El principal departamento productor fue Gualeguaychú, ya que abracó el 15 %del área implantada y el 18 % de lo producido.
A nivel de lote, hubo un amplio rango de rendimientos, con mínimos de 1.500 kg/ha y máximos de 5.800 kg/ha.
Posiblemente los rendimientos más bajos se posicionaron entre el sector comprendido entre el centro (Norte del departamento Paraná y el centro), y Sur del departamento La Paz, donde la precipitación acumulada fue muy inferior al resto de la región.
Lino, cada vez menos
El cultivo que fue emblema de Entre Ríos 40 años atrás nuevamente tuvo una de sus peores campañas en cuanto a hectáreas sembradas. Fueron solamente 5.500, un 43% menos que el año anterior, y fue la cuarta más baja de los últimos 25 años. Esta caída se asocia a la baja cotización de la oleaginosa y la escasez de lluvias al momento de la siembra.
Con las mismas condiciones climáticas que tuvo el trigo, al lino lo complicaron también entre los meses de octubre y noviembre el retorno de las lluvias, que obstaculizaron las labores de cosecha lo cual se tradujo en una caída de la calidad comercial de la semilla debido al manchado.
El valor de la producción agrícola en esta campaña 2024/2025 y es de 1.746
millones de dólares, un 7,5% menos que lo recaudado por el sector el año anterior
El rendimiento promedio registró una disminución interanual del 7% y se ubicó en los 958 Kg/ha., por debajo de los 1.032 kilos de promedio de los últimos cinco años.
La producción total alcanzó las 6.320 toneladas, que implican una caída del 47% en relación a la campaña anterior. A nivel lotes, los mejores llegaron a registrar hasta 2.000 Kg/Ha.
El 53 % de la producción se concentró en los departamentos de La Paz, San Salvador y Tala.
Volvieron los campos con girasol
Con la “chicharrita” del maíz asustando a los productores al inicio de la campaña, muchos optaron por el girasol como alternativa, que ofrecía una interesante alternativa teniendo en cuenta el clima que se estimaba en esa época con la posible aparición en el Pacífico Ecuatorial de “La Niña” o bien la permanencia en un estado de “Neutralidad”, ambas posibilidades eran escenarios favorables para la oleaginosa.
Con estos condicionantes, la siembra de girasol fue más que el triple que el año anterior llegando a las 24.350 hectáreas (+343%). Esa cantidad de hectáreas destinadas a la oleaginosa en Entre Ríos hay que buscarlas 15 años atrás, en 2010.
Y lo que era un pronóstico de las condiciones climáticas favorables, se terminó convirtiendo en realidad y fueron “las ideales”. En las siembras tempranas antes de la floración de noviembre se registró un incremento de las lluvias. Por su parte, en el mes de diciembre (momento de la floración), se caracterizó por precipitación por debajo de lo normal y descenso de las temperaturas mínimas. Factores que permitieron una buena polinización y un óptimo llenado de los granos alcanzando rendimientos destacados.
El rendimiento promedio de girasol es el más elevado de los últimos
25 años, con un incremento interanual del 70 % y alcanzando los 2.395 kg/ha.
El rendimiento promedio registrado en Entre Ríos es el más elevado de los últimos 25 años con un incremento interanual del 70 % y alcanzando los 2.395 kg/ha.
Con este rendimiento y la cantidad de hectáreas sembradas, la producción total de la oleaginosa fue de 51.120 toneladas, un incremento del 662% en relación a lo registrado el año anterior.
Los rendimientos promedio a nivel departamental más elevados se ubicaron en Gualeguay, Nogoyá, Paraná, Tala y Victoria, con un rango que osciló entre 2.700 a 2.900 kg/ha. Los rendimientos a nivel de lote se posicionaron con mínimos de 1.000 kg/ha y máximos de 3.500 kg/ha.
Aves como palomas y loros son el gran problema de este cultivo en Entre Ríos, pero solamente se registraron pérdidas por este motivo en pocos lotes y alcanzaron un 15% del total esperado.
Los departamentos La Paz y Paraná aportaron el 45 % de la producción total.
El arroz también tuvo su mayor rendimiento
El sector arrocero venía de una muy buena campaña, principalmente por los precios internacionales del cereal y sumaron otro buen año, tanto en precios como en producción.
La superficie cultivada con arroz en el ciclo 2024/25 fue de 67.850 ha, lo que representa un incremento interanual del 16 %. Este aumento del área sembrada respondió principalmente a un contexto de precios internacionales favorables. Además, en la región irrigada mediante represas, se disponía de una capacidad de almacenamiento significativamente mayor en comparación con campañas anteriores.
Por otra parte, las condiciones climáticas también resultaban alentadoras, al igual que lo explicado para el girasol.

Con estas perspectivas, hacia finales del mes de octubre se había concretado la siembra de aproximadamente el 70 % del área planificada. No obstante, durante el mes de noviembre se registraron precipitaciones muy superiores a lo normal, especialmente en el centro-norte de la provincia, lo que provocó retrasos en las labores. Como consecuencia, algunos lotes se sembraron entre fines de noviembre e incluso inicios de diciembre.
Las condiciones climáticas en diciembre y, fundamentalmente, en enero fueron muy favorables para el cultivo, con escasas precipitaciones y altos niveles de radiación. Hacia febrero se registró un aumento en el régimen de lluvias y una disminución en los niveles de radiación solar.
El rendimiento promedio provincial fue de 8.272 kg/ha, lo que constituye un nuevo récord para Entre Ríos superando el anterior en casi un 5% y se había producido 3 años atrás. De esta manera, la producción total de arroz aumentó un 27% interanual y totalizó 561.255 toneladas, siendo la cuarta más elevada de los últimos 25 años.
Maíz y el miedo a la “chicharrita”
Después del cierre de la campaña anterior y las importantes pérdidas que tuvo el cultivo por la aparición de la “chicharrita”, la superficie sembrada con maíz en la provincia de Entre Ríos en el ciclo 2024/25 fue de apenas 298.550 ha, lo que implicó una caída interanual del 42% de un cultivo que es estratégico para la provincia. Es importante mencionar que es el área sembrada más baja de los últimos nueve años.
La causa de la reducción del área, como dijimos, se relaciona fundamentalmente por los daños registrados en el ciclo 2023/24 por las enfermedades que transmite la chicharrita del maíz. En segundo lugar, a la posibilidad de que se instalara el fenómeno de “La Niña”, lo cual ocasiona una reducción del monto de las precipitaciones esencialmente en el trimestre noviembre – diciembre – enero y es coincidente con el periodo crítico del maíz de primera.
Para reducir el impacto de la chicharrita del maíz, los agricultores optaron por concentrar la siembra fundamentalmente entre fines agosto a mediados de septiembre. Por lo tanto, el maíz de primera abarcó el 96 %, mientras que el 4 % restante corresponde al maíz tardío y de segunda.
Así como en el girasol se dieron todos los pronósticos que lo favorecían, en el maíz se dio todo lo contrario a lo que se esperaba (que era un mal panorama climático).

Primero, la población de la chicharrita del maíz fue extremadamente baja en comparación a los valores observados en el ciclo 2023/24 y no se observaron plantas afectadas por achaparramiento. Segundo, el Pacífico Ecuatorial conservó en temperaturas dentro del rango de la normalidad, es decir en un estado de neutralidad y no hubo “Niña”.
El rendimiento promedio provincial llegó a los 6.490 Kg/Ha y permitió alcanzar una producción total de 1.937.915 toneladas, un 40% menos que el año anterior cuando se alcanzó la producción más alta para Entre Ríos de los últimos 25 años.
El departamento Gualeguaychú abarcó el 22 % del área sembrada y el 20 % de las toneladas totales. En relación al rendimiento promedio departamental se destacaron Victoria con 7.600 kg/ha y Gualeguay con 7.450 kg/ha. En función de los datos aportados por la red de colaboradores del SIBER de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a nivel de lote se detectaron valores mínimos de 3.000 kg/ha y máximos de 10.000 kg/ha.
Más sorgo a costa del maíz
En el ciclo agrícola 2024/25, la superficie implantada con sorgo registró un crecimiento interanual del 15% y totalizó 121.000 hectáreas. Esta expansión del área se originó principalmente por la caída en la superficie destinada al cultivo de maíz, la cual fue mayormente reemplazada por soja de primera y, en menor medida, por sorgo.
El escenario climático permitió un muy buen desarrollo inicial del cultivo. Sin embargo, a partir de enero y hasta mediados de febrero, se produjo un pulso seco acompañado de elevadas temperaturas. La mayoría de los lotes coincidió con este contexto de altas temperaturas y estrés hídrico.
La consecuencia se reflejó en el rendimiento promedio provincial, que mostró una caída interanual del 6% y se ubicó en 3.575 Kg/Ha, aunque se mantuvo en niveles similares al promedio de los últimos cinco años. Con esto, la producción total experimentó una disminución interanual del 9% y llegó a las 319.950 toneladas.
A nivel departamental los menores rendimientos se registraron en Colón, Concordia, Federación, Federal y Feliciano, con valores que se ubicaron entre 2.800 y 3.200 kg/ha. En contraste, los rendimientos promedio más altos se observaron en los departamentos La Paz, Tala, Uruguay, Victoria y Villaguay, con valores que oscilaron entre 3.700 y 4.150 kg/ha.
La soja, el refugio en años difíciles
La superficie destinada al cultivo de soja registró un incremento interanual del 18% y se posicionó como el de mayor superficie sembrada en relación a los últimos nueve años totalizando 1.285.100 hectáreas.
La expansión de la superficie cultivada con la oleaginosa se vinculó directamente con la retracción en el área destinada al cultivo de maíz. El clima “Neutro” con un marcado déficit hídrico en enero, pero con abundantes precipitaciones en febrero y valores normales para marzo, le permitieron a la soja recorrer su periodo crítico con reservas hídricas de adecuas a óptimas en la mayor parte del territorio, lo cual quedó plasmado en rendimientos calificados de buenos a muy buenos.
Entre Ríos cierra la tercer mejor cosecha de soja con 3.444.725
toneladas producidas, siendo un 36% superior a la del año anterior
El rendimiento promedio provincial experimentó una variación positiva interanual del 15% y llegó a los 2.681 Kg/Ha, siendo la cuarta más alta de los últimos 25 años. De esta manera, Entre Ríos cierra la tercer mejor cosecha de soja con 3.444.725 toneladas producidas, siendo un 36% superior a la del año anterior.
En esta campaña, los mayores rendimientos promedio se concentraron en los departamentos de Victoria, Gualeguay, Gualeguaychú y Diamante. Por otra parte, los más bajos se registraron en Concordia, San Salvador y Federal.
Desde el punto de vista de la producción total, Gualeguaychú se posicionó como el principal departamento productor, ya que concentró el 15% del total provincial, seguido por Paraná con el 12% y Uruguay con el 11%.