Federico Eberhardt, Presidente Banco BICA
Banco BICA es un banco regional sólido, ágil, innovador, sustentable y tecnológico con un fuerte compromiso de cercanía con los clientes.
Fue un muy buen año de crecimiento y de puesta en marcha de una cantidad de recursos tecnológicos, de afianzamiento y de tener un protagonismo en algunos sectores que no teníamos. Debemos sentirnos profundamente satisfechos y orgullosos de lo que hicimos. Pero bueno, una golondrina no hace verano y es solo una situación particular de una entidad pequeña (en relación con el sistema financiero), que tiene la capacidad de adaptarse y aprovechar los pequeños espacios o nichos que quedan desocupados por insignificantes o complejos o por faltas de visión.
Hoy el banco es casi un banco virtual. La pandemia nos dio una oportunidad de estar disponibles de esta forma. A partir de ahí desarrollamos productos tecnológicos a medida de la necesidad de cada cliente en particular. O ser el gestor de cobranzas o de pagos o unificarles determinados procesos. Tratamos de ser protagonistas o partícipes de la administración de los clientes que crean que vale la pena apoyarse en nosotros, cosa que el sistema financiero en general, no hace. Ha sido un trabajo de varios años hasta llegar acá y les hemos dicho a los clientes: “póngannos a prueba y vean…” y vieron que pueden ser más eficientes en sus operaciones y aprovechan mejor sus recursos. Nosotros no tenemos un remedio único, pero sí la posibilidad de que, ante determinado cliente podamos diseñar procesos que hagan que su trabajo sea más fácil.
El crecimiento que tuvimos fue en todos los tipos de clientes. Significativamente fue en el comercio exterior: en un año donde fue muy difícil gestionar los pagos o cobranzas en los mercados internacionales, nosotros crecimos porque les prestamos una atención personalizada, llamando o gestionando ante el BCRA. Esto es por la personalización que podemos tener con cada cliente. También crecimos en otorgamiento de créditos personales, por disposición de herramientas sencillas para gestionarlo y tasas razonables; crecimos en atención de cuentas de empresas por ofrecer herramientas novedosas y soluciones específicas; también en la atención del movimiento mutual, sobre todo en Santa Fe donde son numerosas, y encontraron en nosotros herramientas para darle a sus usuarios. Hoy somos un banco mucho más equilibrado que años atrás y es lo que nos deja más tranquilos.
Las ganas emprendedoras están siempre vigentes. Uno emprende. O más bien, somos un banco con iniciativas para intentar estar lo más avanzados posibles.
La preocupación es el propio año 2023. Será muy complejo. Muchos de los problemas que trae la macroeconomía están siendo postergados. Los grandes desafíos se abordan, pero de manera no sustentable e inconsistente. La baja de la inflación por acuerdo de precios o retrasos de variables no son sustentables. Venimos postergando las soluciones de fondo y eso, sumado al año electoral, hacen un nivel de preocupación adicional al normal esperable. Nuestra visión es que será un año de transición, estando muy atentos a la coyuntura, siendo muy prudentes y tratando de cuidar a los depositantes y clientes de manera muy amorosa. Van a haber tensiones y el humor de la gente estará expuesto a una presión muy alta.
De nuestra parte, queremos hacer cada día un poquito mejor de cómo lo hacemos, tratando de sostener la operatoria actual, creciendo y encontrando clientes que necesiten algún tipo de apoyo extra. La cercanía y presencialidad son potenciadores de los servicios que ofrecemos. Hoy tenemos expertos financieros de primer nivel y súper especializados, porque debemos competir con los grandes bancos. Eso lo tenemos disponible en la región, permitiéndole a nuestros clientes que se sienten cara a cara con estos especialistas para analizar sus negocios. Espero que en el 2023 no nos llevemos ninguna materia a marzo. Si logramos un año de 8 puntos estaremos más que conformes.