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El peor de todos

Se terminaron dos gestiones que serán recordadas como las peores de los 40 años de democracia. Entre Ríos quedó paralizada en el tiempo. Sin obras, sin inversiones, sin proyectos, sin ideas, sin luces. Totalmente opaco. Solo pagando en tiempo y forma a los empleados públicos, como si eso fuera lo único trascendente de un gobierno.

Por

Martin Oleinizak

Quienes tienen la posibilidad de moverse por diferentes provincias argentinas no dudan en preguntarse: ¿Qué le pasó a Entre Ríos? ¿Qué fue de esa provincia dinámica, pujante, contestataria, donde se producían cuestionamientos a la autoridad nacional y se impulsaban ideas para defender el federalismo que propugna la Constitución Nacional? ¿Qué pasó en esta provincia, con más de diez producciones regionales que podrían motorizar la economía y hacerla crecer en riquezas? Avicultura, agro, lechería, forestación, citrus, arándanos, miel, pecanes, arroz, ganadería o cerdos. O industrias como la farmacéutica, metalmecánica, frigoríficos, plásticos, aserraderos, usinas lácteas, arroceras, mineras, molinos y alimentarias. Ni hablar del software y toda la industria del conocimiento.

La diversidad productiva es una de las grandes ventajas que tiene Entre Ríos. Sin embargo, parece que nadie es capaz de entenderlo y tomar a los sectores productivos como aliados para producir el tan ansiado y, desde hace más de una década, abandonado desarrollo. A cambio de eso, los gobiernos se contentan con incrementar el gasto público y sostener e incrementar sueldos de los propios funcionarios totalmente desencajados de la realidad y posibilidad de una provincia que cayó en la pobreza.

Pero lo que pasó en los últimos ocho años aceleró todos los indicadores de retroceso que se venían sucediendo.

Después del patético “sueño entrerriano”, con desfalcos y desvíos de fondos, contratos truchos y casos de corrupción que todavía siguen impunes, llegó un gobierno de un intendente que nuevamente provenía de Concordia, la ciudad más pobre del país y el corazón del peronismo (corazón hoy quebrado y que, según los propios dirigentes peronistas, traicionó en la última elección al propio partido).

Gustavo Bordet fue electo por el dedo del ex gobernador Sergio Urribarri, a pesar de haber prometido primero elecciones internas con Adán Bahl y minutos después desestimar esa decisión en favor del concordiense. El resultado electoral lo dejó al frente de la gobernación con 42 puntos porcentuales, casi tres más que Alfredo De Angeli en 2015.

Tomó una provincia quebrada, sin posibilidad de pagar los sueldos del mes de diciembre y el medio aguinaldo. Nación, con Rogelio Frigerio como ministro del Interior de Mauricio Macri, intercedió para enviar fondos y poder cumplir con las obligaciones de los primeros meses de la gestión. Ese fue el inicio y da la impresión que lo marcó. Como buen contador, el único objetivo fue ordenar las cuentas públicas en lo mínimo e imprescindible: pagar los sueldos públicos. Eso lo logró.

Da la sensación que con eso alcanza en Entre Ríos para hacer “una buena gestión”. De hecho, es reelecto en 2019 con el 58% de los votos, 22 puntos más que el candidato Atilio Benedetti. Un caudal electoral y político que le permite a cualquiera animarse a realizar los verdaderos cambios que se necesitan en Entre Ríos. Pero para el gobernador significó la convalidación de su política de solo pagar sueldos y con eso se quedó otros 4 años de “siesta entrerriana”.

Dos años antes, en febrero de 2017 durante la apertura de las Sesiones Ordinarias de la Legislatura, anunció la necesidad de hacer una reforma del sistema político y judicial de Entre Ríos. “La organización del poder judicial está regulada en la llamada Ley 6902, en realidad, un decreto del 26 de marzo de 1982, plena dictadura”, y que “no ha sido actualizada luego de tres acontecimientos jurídicos extraordinarios: la reforma de la Constitución Nacional de 1994, la reforma de la Constitución Provincial de 2008 y la reforma del Código Civil y Comercial que entró en vigencia en 2015. No cabe duda que se impone una reforma a la organización y al funcionamiento del Poder Judicial”, anunció en el discurso. No solo que nada pasó. También se olvidó de todas las implementaciones que faltan de la Constitución Provincial de 2008 que siguen esperando.

La reforma política tuvo un resultado similar: “vamos a promover este año un proyecto de ley para la reforma política en Entre Ríos, para poder actualizar nuestras instituciones a lo que nuestros ciudadanos hoy están demandando”. Lo único que logró fue cambiar un artículo de la legislación vigente por el cual el Gobernador determina la fecha de las elecciones. Nada más.

No hay que olvidar, que durante los ocho años Gustavo Bordet tuvo el control total de la Legislatura con mayoría propia y fue el presidente del partido justicialista. Poder formal y partidario no le faltó nunca. ¿Poder real?

La Caja de Jubilaciones no son “cuentas públicas”

Hemos ordenado las cuentas públicas” parece ser el mantra que repite una y otra vez esta gestión de gobierno que termina. Sin embargo, la Caja de Jubilaciones acelera su déficit, pesa cada vez más y parece no importarle a nadie.

Perdón, hay que reconocer que en algún momento le interesó al Gobernador. O al menos hizo como que le interesaba.

Nuevamente, el espacio elegido fue la apertura de Sesiones Ordinarias de 2020: “La actual Ley de Jubilaciones cumple 27 años desde su sanción, siendo promulgada en un contexto absolutamente distinto. El debate sobre la sostenibilidad del sistema entrerriano es impostergable. Por eso hago una convocatoria amplia. Y lo hago con toda la responsabilidad que delegó en mí el pueblo entrerriano (…) si no se corrigen inequidades, sino se corrigen privilegios y si no se corrigen desigualdades, esto no va a ser posible. Y hay que hablarlo con total claridad, dejando de lado prejuicios y sentándonos en una mesa todos los actores involucrados. Voy a convocar a un espacio multisectorial donde todos se puedan expresar: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, las organizaciones gremiales, los centros de jubilados, organizaciones intermedias de la sociedad… para que entre todos encontremos cuál es la forma mejor de garantizar la sustentabilidad del sistema de jubilaciones (…) Hablo de la realidad que me toca como gobernador y no voy a esquivar esta responsabilidad, por eso voy a estar haciendo esta convocatoria para los próximos meses”.

Tal vez se refería “a los próximos meses de 2024”, porque nunca se hizo la convocatoria. ¿No tuvieron tiempo para pensar? Todo lo contrario: exactamente un mes después se declaró la pandemia en el país. Si bien muchos organismos tuvieron que concentrarse de lleno en semejante crisis, la Legislatura y varias instituciones más, estuvieron sin nada que hacer durante un año. No era momento para que se les caiga una idea, evidentemente. Tampoco lo fue durante 2021, 2022 ni 2023. En los cortos publicitarios de Gobierno que se están emitiendo en estos días, el gobernador dice “somos gente de palabra...”. Evidentemente es así: de palabras… no de hechos.

Hoy el déficit de la Caja representa el 12% del presupuesto provincial y crece casi exponencialmente. Y lo más grave es que lo estamos pagando quienes no tenemos nada que ver con los beneficios que otorga. Los impuestos que pagamos cada día, en vez de ir a obras y servicios públicos, va a la cuenta sueldos de ex empleados públicos y funcionarios que cobran de haber promedio jubilatorio $422.091, con cuatro organismos que tienen promedios superiores al millón de pesos; son más de 62.000 beneficiarios y el promedio de edad se ubica en los 56 años para los hombres y 58 años para las mujeres.

Es necesario recordar que la jubilación nacional (la mínima, la que cobra cualquier autónomo) en el mes de septiembre se ubicó en los $87.460, casi cinco veces menos y por debajo de la línea de pobreza. Y para acceder a ese beneficio, las mujeres deben tener 60 años y 65 años los hombres.

Apostilla: en ese discurso también habló -nuevamente-, de una reforma política necesaria… también fueron “palabras”, pero nunca “hechos”.

Si hablamos de cuentas públicas ordenadas, hay que reconocerle el esfuerzo para terminar con las Letras del Tesoro que emitió Sergio Urribarri para financiar el déficit creciente que generó su administración en procura del “sueño entrerriano”. A cambio de eso, se tomó un crédito en dólares en el exterior que mejoraba las tasas y los plazos. Con esto, canceló Letras y pasó a la próxima gestión el pago de la deuda en dólares de ese crédito. Así es fácil ordenar las cuentas públicas.

Pero si realmente hubiera querido ordenar mejor y su voluntad fuera real, habría hecho como algunos intendentes que aprovecharon los recursos que tenían y cancelaron anticipadamente sus deudas en dólares aprovechando el dólar oficial de estos años. Lo hizo y lo sugirió Pedro Galimberti cuando fue pre candidato a gobernador: “sería un buen negocio para la provincia que hoy se cancele anticipadamente, aunque sea parte de esa deuda, aprovechando el dólar “barato” que tenemos”.

Termina la gestión y no ocurrió. O no se le ocurrió. O los números cierran solo si no pagamos deuda ni hacemos obras en serio. Termina una administración que solo recauda para pagar sueldos. Sería delirante que esté desordenada.

En diciembre de 2022 tuve un llamado de la Cámara Argentina de la Construcción en el que me pedían “una foto” de la obra más importante que se haya hecho ese año en la Provincia. Me quedé pensando. No encontré ninguna obra. Pero no de 2022, no encontré ninguna obra trascendente de los ocho años de Bordet.

Y para avalar lo que digo, simplemente me voy a apoyar en la propia publicidad que está emitiendo el Gobierno Provincial como “balance de gestión”:

  • El corto publicitario habla de “95% de escuelas rurales con acceso a tecnología digital”. ¿Eso significa conexión a internet o que tienen una computadora? En Entre Ríos no se puede salir a una ruta porque no hay conectividad. Las empresas telefónicas no invirtieron más en antenas y nadie del gobierno gestionó o reclamó por una mayor conectividad. En el campo no hay internet. Hoy la infraestructura de conexión es tan importante como la infraestructura de caminos. Pero, además, Entre Ríos cuenta con una infraestructura de fibra óptica extraordinaria que se terminó en 2014, con 1.742 kilómetros y que une a 171 localidades, que financió el programa Nacional de Telecomunicaciones Argentina Conectada del Gobierno Nacional. ARSAT conformó esa infraestructura que debía completarse con la “última milla” en cada localidad. Y esto es lo que falta y nunca se hizo. Hoy, esa red estratégica de telecomunicaciones está enterrada, apagada y deteriorándose. Mientras, no hay comunicaciones acordes a las necesidades.
  • Obras por 800 millones de pesos en hospitales y centros de salud“. Es increíble cómo el periodismo es cómplice y deja pasar estas cosas. En Argentina, 800 millones de pesos son 800.000 dólares. Si a ese monto debemos dividirlo por la cantidad de hospitales y centros de salud, ¿cuánto queda como inversión? ¿a qué se puede destinar ese monto final? Tal vez a pintar baños… Esa es la importancia que le dio este gobierno a la salud. Y se notó en la pandemia. Si no fuera por los médicos, enfermeras y personal de los centros asistenciales, el resultado de la pandemia hubiera sido mucho peor. ¿El reconocimiento a ese sector por parte del gobierno? Siguen siendo de los peores pagos de todo el sistema remuneratorio provincial. Muchos dejaron su vida en ese trágico año. Los funcionarios del Gobierno de Bordet tuvieron acceso al “vacunatorio VIP” que se montó también en Entre Ríos y nunca nadie dio explicaciones. Tampoco el periodismo ni las instituciones hicieron mucha fuerza para reclamar esas explicaciones.
  • “100% de las licitaciones publicadas on line”. La incapacidad comunicacional y la falta de cosas para mostrar, exhiben como “un logro” una obligación de cualquier gestión. Es increíble.
  • “…6.252 viviendas y mejoramientos…”. ¿En serio que se jactan de haber hecho 6.252 viviendas en 8 años? Entre Ríos llegó a construir unas 5.000 viviendas por año. La ineficiencia para gestionar fondos nacionales y la inoperancia de los propios funcionarios de las reparticiones de infraestructura y vivienda llevaron a hacer desaparecer más de 150 empresas privadas y más de 2.600 puestos de trabajo privado en el territorio entrerriano en tan solo 8 años. Nos apoyamos en las cifras del IERIC (Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción), que lleva las cifras oficiales del sector. Cuando Gustavo Bordet se hizo cargo de la gestión en 2015, Entre Ríos tenía 653 empresas privadas en la industria de la construcción y contaba con 11.330 empleados registrados, de un total a nivel país de 428.633, representando el 2,64% del total nacional. Ocho años después, en este mes de septiembre de 2023 -con toda la ebullición electoral y desenfreno por terminar obras-, Entre Ríos tiene 508 empresas privadas que dan empleo registrado a 8.704 obreros. ¡¡¡Desaparecieron un cuarto de las empresas constructoras entrerrianas!!! Y se perdieron 2.626 puestos de trabajos registrados, un 23% menos de lo que había en 2015. Pero lo que hay que entender, además, es que no se da en un marco general de caída del sector. A nivel nacional, el empleo registrado creció en estos 8 años y en Entre Ríos se desplomó. Hoy, la provincia de Bordet Gobernador, solo dispone del 1,96% del total nacional de empleados registrados en la construcción. Como dato de color, pero que refleja claramente lo que pasa en el sector viviendas, la publicidad de gobierno muestra la imagen de un barrio con los yuyos muy altos, señal clara de los problemas que existen. Las empresas constructoras no cobran en tiempo y forma, las redeterminaciones no llegan a compensar la inflación, las obras no pueden tener continuidad y se terminan fundiendo las empresas. La foto con los yuyos y los números del IERIC explican la realidad entrerriana. Clarísimo.
  • “…337 obras viales en ejecución y más de 1.100 millones invertidos…”. Vialidad, monumento a la ineficiencia, desidia y abandono. De vuelta, la cifra expresada en pesos representa 1.100.000 dólares, haciendo un cambio rápido y simple.  Si distribuimos ese monto en las “337 obras viales en ejecución” nos da que Bordet está invirtiendo 3.264 dólares por obra. Seguramente alcanza para pintar los cordones de algunos accesos, porque para construir un kilómetro de ruta se necesitan 180.000 dólares. El monto nos releva de opinar. Entre Ríos tiene más de 27.000 kilómetros de caminos, entre primarios, secundarios y terciarios. Los primarios se comparten con Nación y en este último año se han visto reparaciones importantes en la ruta 12. La ruta nacional 14 se está convirtiendo nuevamente en la “ruta de la muerte” con cada vez más accidentes por el deterioro que tiene. Es claro que no hay gestión efectiva ante Nación. (Eso sí, Vialidad Nacional instaló paneles solares en su sede: “Gestión ‘Ruso’ Koch”). Las rutas provinciales no han tenido mantenimiento y requieren inversiones más que importantes. Los caminos terciarios o caminos de la producción están abandonados. Los propios productores aportan máquinas, combustible y mano de obra para poder seguir transitando. Esto nos consta, porque recorremos la provincia constantemente. En auto, no en helicóptero. Rompiendo cubiertas, elásticos y amortiguadores. Manejar en las rutas entrerrianas se ha convertido en una actividad de alto riesgo.
  • “…Más de 1500 millones invertidos en escuelas” y “más de 700 millones invertidos en obras de contención de inundaciones”. No quiero ser redundante. Entre escuelas y defensa contra inundaciones no llegamos a los 2 millones de dólares. Si eso es todo lo que tiene para mostrar de “gestión”, es preferible no mostrar nada. Al menos no gastaría tanto en publicidad. En 2023 el presupuesto de la Secretaría de Comunicación fue de 1.452 millones de pesos, lo que significa un gasto diario de casi 4 millones de pesos (y sin contar las ampliaciones presupuestarias). Ahora, el Presupuesto 2024 para esa secretaría sólo crece un 40%, muy lejos de acompañar la inflación. Claro, ya no estarán más las mismas autoridades.

La opaca transparencia

Elegimos confiar porque somos gente transparente”, locuta Gustavo Bordet en tono eufórico (no habitual) en el comercial que estamos citando del propio Gobierno.

¿Qué es ser transparente?

Transparencia venimos pidiendo desde hace muchos años en esta revista. El gobernador podría haber ordenado “políticamente” que haya “transparencia” en la Legislatura y dieran a conocer qué pasó con los contratos truchos del 2015 hasta 2023. Porque los contratos, siguen. Al menos los montos que salen del presupuesto. Pero prefiere “no inmiscuirse” en las responsabilidades de los otros poderes… Bueno. Claro. Supongamos que es así. Sobre todo, cuando no nos conviene.

Vamos a lo que sí le compete: el Poder Ejecutivo y la política salarial de la provincia de Entre Ríos. Hemos hecho demasiadas publicaciones con este tema en nuestra revista. Y ahora Sebastián Martínez vuelve a abordar el tema en la próxima nota.

Pero dejamos una infografía que toma como base uno de los Anexos del Presupuesto 2024, que tiene los sueldos de todos los estamentos públicos. Para tener una referencia, estos montos que se publican, corresponden a los haberes cobrados en septiembre de 2023 y se extrapolan para todo el próximo año.

Ese documento, al igual que el año pasado, muestra que el cargo de Gobernador es uno de los menos remunerados en Entre Ríos. Hay 54 cargos que cobran por sobre el sueldo del Gobernador. 54 cargos que no corresponden a 54 personas, sino a más de mil. Para que se entienda: 1 cargo puede ser el de Juez de Paz: ¿Cuántos jueces de paz hay en Entre Ríos? Por eso, son 54 cargos y muchísimas personas. Un cargo es el de legislador, pero hay 34 diputados y 17 senadores.

¿Y cuál es el problema de transparencia que hay en esto? Sencillamente en que nadie puede creer que el gobernador o un ministro gane lo que dice el presupuesto. Para empezar, el gobernador y la vicegobernadora tienen “gastos reservados”. ¿Cuántos son los gastos reservados? ¿Cómo se utilizan? ¿Para qué? ¿Cómo se rinden? ¿Quién los controla?

¿Los ministros aceptan toda la responsabilidad que tienen por ese monto? ¿Ganan casi lo mismo que el cargo de ordenanza de mayor jerarquía de la Legislatura? Nos están cargando, ¿no?

¿Dónde está la transparencia? ¿En hacer un presupuesto con mentiras verdaderas?

En el Anexo del Presupuesto 2024 figura que el presidente del EPRE cobra solo $673.020. Si las jubilaciones en Entre Ríos son el 82% de un cargo en actividad, ¿cómo se explica que los 30 jubilados del EPRE cobren un promedio de $1.461.055,55? ¿¿¿El promedio es casi 3 veces más que el principal cargo del organismo??? ¿Eso es transparencia?

Nota de color (opaca): a quienes deberíamos darle un premio e incrementarles sus sueldos es a los creativos del Poder Legislativo. La capacidad para armar una escala salarial en el Escalafón Administrativo y de Maestranza es extraordinario: cómo hacer 11 cargos en el cual nunca se sepa quién es jefe de quién y quién hace qué cosa. En el cuadro que tenemos, lo puede “disfrutar”. (Cuadro Maestranza Poder Legislativo).

Y así podríamos seguir con cada organismo o repartición.

El Gobierno de Gustavo Bordet está muy lejos de poder hablar de “transparencia”. Ha sido un gobierno opaco. En todo sentido.

De acá no nos vamos

Santa Fe: Omar Perotti decretó para diciembre el cese de funciones del personal político que lo acompañó”, publicaron en octubre los medios de Santa Fe.

Entre Ríos, decretos de Gustavo Bordet pasan a planta permanente de la Legislatura a buena parte de sus funcionarios”, deberían haber publicado en octubre los medios entrerrianos.

Pero no solo eso. La lista sábana para diputados provinciales incluyó en los primeros lugares, entre otros funcionarios, a la esposa del propio Gobernador, Mariel Ávila, ahora diputada provincial con fueros, electa en la sábana hasta 2027.

El nepotismo es una característica cada vez más habitual, normal y hasta para algunos, lógica. La senadora suplente por el departamento Paraná es la esposa de Adán Bahl. Busti llevó de Senadora Nacional a Cristina Kremer, su esposa; la candidata a Vicegobernadora de Unión por la Patria fue la esposa de Adrián Fuertes, con quien alternan en la intendencia de Villaguay. A la familia Cresto no le queda cargo por ocupar y quieren más: “Carlucho” Cresto fue candidato a intendente (perdió); Mayda Cresto fue candidata a senadora provincial (perdió); “Enriquito” Cresto también perdió, pero como está en la sábana de diputados, igual ganó y entró como diputado provincial. Enriquito Cresto en los últimos cuatro años fue intendente, presidente del ENHOSA y Diputado Nacional (testimonial, y le dio lugar a un imberbe y desconocido joven que nos representa a todos los entrerrianos), todo al mismo tiempo. Y la lista es interminable. Esposas, esposos, hermanos, hijos, hijas, padres, cuñados, novias… todos colocados en algún lugar del Estado. Familias enteras acomodadas y cobrando sueldos que ni siquiera soñarían en el sector privado. Y a cambio de nada.

Porque si fueran realmente capaces, el sector privado los estaría tentando para sumarse a cualquier empresa, y esto no pasa ni siquiera con ex ministros.

Organismos autárquicos como el Instituto del Seguro o ENERSA, son los preferidos para las colocaciones. También, la Legislatura es un muy buen refugio, y acceder al Poder Judicial es la panacea para cualquier familiar o funcionario…

Como el caso de la secretaria de Comunicación, Maricel Brusco Re, que por decreto 4356 del Poder Ejecutivo y fechado el 7 de diciembre de 2022 (recién se conoció ahora en octubre de 2023), en su artículo 2º, dispone la transferencia a la “Honorable” Cámara de Senadores con Categoría 1. Y en el artículo cuarto se la confirma para que siga desempeñando con tremenda eficiencia el cargo que tiene en la actualidad de secretaria de Comunicación. Es la responsable del aviso que sirvió para armar buena parte de esta nota. Tremendo trabajo. Gracias.

La realidad sería así: hace casi dos años Bordet transfirió a Brusco y otras 70 personas a la Legislatura, pero inmediatamente las hizo volver a lo que estaban haciendo. ¿Eso es transparencia? ¿eso es tener “ordenadas” las cuentas públicas? ¿O es el Titanic al revés?: primero el capitán, los oficiales y la orquesta… después, el resto que se hunda.

No alcanza con querer parecer

Estos son solo algunos de los argumentos con los cuales justificamos nuestra opinión tan lapidaria de los últimos 8 años de la pésima gestión de Gustavo Bordet.

Nos hubiera gustado enormemente haberle preguntado cada uno de estos puntos al propio gobernador. Pero nunca se animó. Nunca nos dio una entrevista. Hasta le hicimos una carta abierta en el año 2019 con algunas propuestas para mejorar la gestión y la Provincia. Nada. Silencio total para con nosotros.

En esta gestión en la cual él comandó la provincia y financió a buena parte de los principales medios de comunicación, fuimos eyectados del Canal que nos tuvo durante 27 años en la pantalla todas las semanas ininterrumpidamente, sin que nunca nadie antes opinara siquiera sobre lo que decíamos. El operador del propio Bordet, Nicolás Bachetti trabajando para Canal 9, nos informó el lunes 2 de enero de 2021 a las 8.30 horas de la mañana, que no teníamos más lugar en la programación porque “tratábamos mal a los clientes del canal”. Todos sabemos quién es el “principal cliente” de Canal 9.

La única vez que el Gobierno de Entre Ríos puso una publicidad en esta revista (o el programa de TV), fue con ENERSA y el IAPS en la edición donde publicamos por segunda vez los sueldos (edición Nº 60 de abril/mayo 2021). Y lo dijimos en esa oportunidad, “si el objetivo es apretarnos con la publicidad, seguramente será la única vez que estas empresas pauten con nosotros”. Y así fue.

Vivimos, existimos, nos mantenemos y crecemos por la publicidad privada. No estamos llorando por eso. Sí por la discrecionalidad y el método para controlar con quién se habla y con quién se pauta, que sí ha tenido esta gestión. Nobleza obliga, la administración de Pedro Báez (condenado penalmente) con Sergio Urribarri (también condenado penalmente), fue tremendamente peor en este sentido.

Pero no nos conformamos con los que quieren ser “menos peores”. Estoy cansado de que nos conformemos con poco o nada. No alcanza. De hecho, esa vara tan baja para medirnos es la que trajo al nivel de pobreza que exhibe hoy Entre Ríos. No quiero más esto.

Considero que es hora de que comencemos a exigir a quienes nos gobiernan que trabajen. Pero que trabajen bien. Es tiempo de exigir a los funcionarios, pero también a los empleados públicos, que sean EFICIENTES en lo que les corresponde hacer.

Si no logramos levantar esa vara, el futuro de Entre Ríos no tiene muchas chances.

Se termina la gestión de Gustavo Bordet que nos dejó en el piso.

Sueño con que quienes asumen en diciembre próximo comiencen a construir hacia arriba, y no se esmeren por llevarnos al subsuelo.

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