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Volanta

Teléfono

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Suena el teléfono.
En las próximas páginas, una muestra del empresariado regional analiza cómo le fue y qué espera el año próximo.
Todos entienden el cambio profundo que estamos atravesando. Todos entienden el cambio profundo que se viene para el 2025. Todos escucharon sonar el teléfono. Y atendieron. Ahora verán si tienen respuesta.
Suena el teléfono, una vez más.
Los argentinos, en todos los niveles y órdenes, nos volvimos expertos en manejar finanzas con inflación. Pero sabemos poco de productividad y eficiencia, por más que hayamos declamado cada año en pos de ese objetivo.
La inflación tapó los errores que cometimos y otros de los que ni conscientes fuimos. Subir precios, siempre fue la mejor solución.
Sigue sonando el teléfono.
Sin inflación no se puede gastar más de lo que no se tiene. Un error, una mala decisión o un costo sin control pueden llevar al quiebre del negocio. Y se termina la historia.
Sin inflación habrá que competir. Difícilmente por precios. Seguramente por calidad y servicios.
El teléfono no para de sonar.
Entonces, ahora se mira cada número con lupa. Principalmente los impuestos. Todos los impuestos.
Los impuestos nacionales tradicionales y los que están escondidos en servicios y productos. Ingresos Brutos. Sellos. Tasas Municipales. Exfoliaciones que se le hacían al sector privado cada vez con más descaro.
Nación atendió el teléfono.
La política económica Nacional prometió que 2025 comenzará a ser el año de la baja de la presión impositiva. Se terminó el impuesto PAIS. ¿Llegará el turno de las retenciones? ¿El impuesto al cheque? ¿Alícuota de IVA? ¿Combustibles? Se verá, pero al menos atendieron el teléfono y es lógico que sea gradual. Para eso se está bajando el gasto público.
¿Van a atender el teléfono en el gobierno provincial y en los municipios?
Pasó un año y los recortes en las estructuras de los estados provinciales y municipales casi no se produjeron. Siguen siendo las mismas, sino más. Discurso: hubo. Hechos: pocos; o muy pocos. ¿Se perdió una oportunidad?
Pero al teléfono habrá que atenderlo. Más temprano que tarde. Los llamados se van a acrecentar en 2025. Y para atender y contestar, será necesario desprenderse de privilegios que todavía siguen existiendo en la política entrerriana. Entre Ríos tiene 1.416.463 habitantes, según el INDEC. No se puede gobernar solo para 160.000.
El teléfono sigue sonando.

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