Fue un año que comenzó dentro de todo bien y está terminando con problemas de demanda. En definitiva, estamos de regular a bien. Es nuestro noveno ejercicio y lo comenzamos creciendo en clientes, zonas y demás, pero no nos ayudan los volúmenes que podemos comercializar. Desde la pandemia de 2020 donde hubo un pico de trabajo, pero ese boom se terminó en 2022 y este año se mantuvo parejo en los niveles de 2022. 

No se hicieron inversiones durante 2023; todavía tenemos en carpetas varios proyectos orientados al incremento de la producción, pero con el tema del freno a las importaciones ni siquiera los intentamos. Cuando se pueda volver a invertir, además de esos proyectos, necesitamos algunas máquinas para corte.

Y en el otro lugar donde nos afecta el problema de las importaciones, es en nuestros proveedores. Los vidrios de control solar o los insumos para el DVH (Doble Vidriado Hermético) o está ingresando muy poco y nos venden por cupo o directamente hace seis meses que no ingresan al país. Y en algunos casos, el horno que incorporamos hace dos años ha sido una alternativa importante para sustituir con el vidrio templado algunos faltantes.

Los cambios a partir del nuevo gobierno y en nuestro rubro de vidrios no nos deberían afectar si se abren las importaciones, porque nosotros somos más una empresa de servicios que una fábrica de vidrios.

Respecto al personal, la idea es sostener la dotación que tenemos, principalmente en el primer cuatrimestre que lo esperamos como malo. Después, en la segunda mitad, aguardamos que mejore la actividad. De igual manera, creemos que será un año de menor actividad que el actual, hasta que se mejoren las variables. Nuestro producto va a quedar muy caro en relación a lo que puede pasar con los salarios. Una cosa es una caída de la actividad y otra un freno. Y todo depende de cuánto pueda durar esa etapa. Esperemos que las perspectivas de mejoras se vean lo más rápido posible. Nos falta pasar esa transición y ver cuáles serán realmente las medidas que se tomen. Soy muy optimista con el 2025.

Entre Ríos lo que necesita son rutas. Infraestructura en gran escala. Ni siquiera que sean buenas, aunque sea que se puedan transitar. Es un desastre el estado en el que están.