Si bien fue un año complicado con los insumos, repuestos y las trabas a las importaciones, pero fue un año positivo. Año tras año venimos mejorando la comercialización y fortaleciendo la gran diferencia que tenemos en el espesor de nuestro producto y sigue dando los frutos con una mayor participación en el mercado con provincias como Buenos Aires, Santiago del Estero, Tucumán y la ciudad de Buenos Aires que han estado muy pujantes en obra pública. También las exportaciones han sido positivas, con un mercado uruguayo y chileno donde nos consolidamos, al igual que en Centroamérica. Tuvimos una incursión en el sur de Estados Unidos y comenzamos a desarrollar parte de Europa. Fue un año positivo en términos productivos y comerciales. Pudimos seguir tecnificando y automatizando la planta y esperamos en el 2024 inaugurar una línea nueva que nos permitirá incrementar producción y lanzar nuevos productos.

Si los cambios que sucederán con este nuevo gobierno son una copia o réplica de los años 1990, tendremos serios problemas como les sucedió a todas las pymes en esos años. Ahora, si es un cambio de modelo donde se incluya una baja significativa de impuestos, tasas, una reforma de la Ley de Contrato de Trabajo, una reforma impositiva, entre otras medidas, entonces sí, tenemos una luz de esperanza.

La demanda para obra pública después de las elecciones bajo a cero. Y la demanda privada desapareció hace ya más de un año. La gente no tiene para comprarse ropa, imaginate si va a tener para comprar pisos. Por eso, lo que cambia para el 2024 es que vamos a tener que concentrarnos fuertemente en la exportación y apuntar a los mercados externos.

Si se abren las importaciones tenemos dos perspectivas: si no hay consumo ¿a quién favorecen? Los corralones podrán importar productos alternativos a los nuestros para tenerlos en stock y no los podrá vender. Ahora, si bajan los impuestos y los costos de producción, estamos en excelentes condiciones tecnológicas para competir. Somos líderes en Latinoamérica en ese aspecto con muy pocos procesos manuales. Ahora, el factor clave es el consumo y que se abran las importaciones no dejan de ser solo un dato de color.

El año que viene queremos sostener la cantidad de personal. Nuestra política siempre fue de tener menos que el que necesitamos porque eso nos lleva a ser más eficientes. Sí deberemos ajustar las inasistencias, las faltas de productividad y tendremos que ser más exigentes. Como será un año muy tranquilo en la demanda, lo usaremos para desarrollar nuevos productos y mercados; hacer mantenimientos e instalar nuevas automatizaciones que tenemos retrasadas y mejorar el movimiento interno. Seremos muy cautelosos en el cuidado de los costos.

Entre Ríos necesita redefinir la política impositiva con ingresos brutos y el inmobiliario. Después, en infraestructura: no hay caminos, rutas, energía… en la provincia se necesita de todo. Lo único que no se necesita más porque sobran son los empleados públicos.