EMANUEL GAINZA
“Quien invertía en Paraná tenía más trabas que colaboración”
—¿Cómo hacemos para que Paraná vuelva a ser una capital importante en el país?
—Creo que nuestra ciudad viene de varias generaciones de no tener un salto de calidad, pensando en cómo generar inversión y trabajo. Y te diría que parte de nuestro plan de gobierno, que es lo que hemos desarrollado en estos años, tiene como principal objetivo que Paraná pueda crecer desde lo económico a través de la inversión privada. Si nosotros no salimos de la trampa de que el empleo público es la principal actividad económica que tiene Paraná, nunca vamos a poder crecer. Y para que la ciudad crezca, para que haya puestos de trabajo, para que tenga dinámica, necesitamos que haya inversión privada.
—El inversor privado está asustado e incluso se ha ido de Paraná a invertir a otros lugares.
—Por eso, el próximo gobierno municipal necesita tener una visión que acompañe al privado, que fomente la inversión y que genere las condiciones para que Paraná pueda despegar. Y es a través de medidas concretas: baja de impuestos, simplificación de trámites, digitalización de todos los procedimientos para aprobar un negocio y hasta un acompañamiento en líneas de crédito. En definitiva, una visión más estratégica desde dónde laburar y a través de qué industria se puede crecer. Paraná tiene un potencial enorme.
—¿Cuáles son las industrias con las cuales se puede crecer hoy?
—Hay tres industrias donde Paraná tiene elementos competitivos y comparativos por encima de otras ciudades, donde rápidamente -si se generan las condiciones-, puede haber un crecimiento de inversión privada: el turismo, la construcción sostenible y la industria del conocimiento. El Estado, en vez de ponerle trabas al que quiere invertir, le tiene que decir “che, ¿cómo te ayudo? ¿Cómo te doy una mano? ¿Cómo te simplifico para que este proyecto que vos tenés, te pueda acompañar para que lo hagamos más rápido?”, estoy convencido de que podemos cambiar la matriz económico-productiva de Paraná.
—¿Y cómo se le da la confianza al sector privado?
—Y sí; hasta ahora el sector privado se ha cansado de tratar de hacer cosas y se terminó yendo. Quien invertía en Paraná tenía más trabas que colaboración. Es una cuestión gestual de cómo el Estado entiende el trabajo del privado. O sea, podríamos tener una visión de “te pongo todas las trabas, a ver qué te saco”; o me siento como para decirte: “¿cómo te doy una mano para que esto funcione? Nosotros queremos una dinámica que ayude a que, con menos trabas, sea más fácil… Primero, es la visión política de ayudar al privado para que pueda crecer. Y segundo, tomar medidas concretas para facilitarlo. Un ejemplo es el trámite digital, sin que tengas que salir y perder tu mañana o tu día. Es una forma. Segundo, bajando presión tributaria. Paraná tiene un esquema de 176 tasas en la municipalidad. 176 conceptos por los que la municipalidad cobra. De los 176 conceptos, hay 100 que representan menos del 1% de la recaudación. Entonces, queremos eliminar la presión tributaria donde al Estado le cuesta más sostener el Impuesto o la Tasa que lo que recauda en términos reales con esa percepción. Hay municipios que lo han hecho, como en 3 de Febrero o Mar del Plata. Son dos ejemplos donde ellos han implementado una reducción sustancial de un montón de tasas que no representaban recaudación real para el municipio, pero que sí son trabas. Ejemplo, cuando un restaurante tiene que sacar una mesa afuera un día y tiene que pagar un extra para la ocupación del espacio público; o cuando uno tiene que hacer una copia de un expediente de catastro para presentar un proyecto, tiene que volver a pagar un costo extra que no representa nada para la municipalidad, y son solamente trabas, pérdida de tiempo, obstáculos para quien quiere hacer. Bajemos impuestos; simplifiquemos trámites; acompañemos estratégicamente estas industrias que te digo, como el turismo, la construcción sostenible y la industria del conocimiento. También tiene que ver con activar cosas en conjunto con la provincia, organizar los parques industriales o los parques que son segmentados a determinadas actividades. Creo que hay que pensar también una línea más estratégica, más inteligente de planificación. Tomo el tema turismo: en su momento nosotros teníamos el desarrollo de “dos ciudades y un destino”: Paraná y Santa Fe. Si tomás la ciudad de Paraná, Santa Fe, Santo Tomé, Colonia Avellaneda, Oro Verde y San Benito… el área metropolitana en su conjunto, tenés un millón de habitantes que claramente son conglomerados para que pienses estratégicamente muchas acciones que tienen que ver con inversión y con empleo, además de infraestructura.
—Pensar el área metropolitana en serio puede ser un instrumento importante para llegar a Nación...
—Te podés parar frente al Gobierno Nacional para pedirle mejora en los vuelos; sentarte con Santa Fe en el área de cultura, turismo y eventos en conjunto. Es decir, cómo nos presentamos para grandes eventos, cómo planificamos una agenda juntos, cómo complementamos la ausencia de camas que tiene el sector turístico en Paraná, Se pueden planificar en conjunto. Siempre cuento el ejemplo de Resistencia con Corrientes. Esas dos ciudades planifican juntas su agenda cultural y de eventos. No se cobran el pase del cruce del puente y en muchos casos cuando un evento tiene gran demanda en un lado, los hoteles hacen descuento en el otro para poder completar la oferta de camas y que el evento se pueda realizar. Esas cuestiones que no tienen que ver solamente con recurso económico, sino que tiene que ver con una planificación más integral, si uno lo hace de manera más inteligente puede generar un crecimiento importante. Y volvemos al principio. Si Paraná no genera condiciones para la inversión y generación de empleo, y los capitales paranaenses se van a Santa Fe o a otros lados porque no encuentran condiciones acá, nosotros estamos condenados a achicarnos cada vez más. A problemas sociales cada vez más fuertes. De hecho, cuando uno hace una radiografía social en términos de ingreso per cápita, nuestra ciudad está mucho más parecida a lo que sería una ciudad en la provincia de Buenos Aires del Conurbano que a una ciudad del sector Productivo de Santa Fe o de Córdoba; y eso lo tenemos que revertir.
—Las tecnologías cambian y la inteligencia artificial va a ser protagonista en muy poco tiempo. ¿de qué manera puede llegar a impactar a la gestión en los municipios?
—Tuve la oportunidad de estar el año pasado en Barcelona, en una Feria de ciudades inteligentes (Smart City) más grandes del mundo. Ahí están los alcaldes de París, Nueva York, entre las principales. Había tres ejes: uno era movilidad, otro era energía y el tercero, inteligencia artificial. Todo lo que tenía que ver con sistemas digitales para la gestión, ¿no? Estaban Microsoft, Dell, Apple… todas las desarrolladoras importantes del mundo de tecnología. Veías cómo están desarrollando software y herramientas para que quienes gobiernan las ciudades, tengan mayor cantidad de información en tiempo real para tomar decisiones. Y tenías como ejemplo una cámara de monitoreo del espacio público en los colectivos, con inteligencia artificial. Hace un barrido en todo el recorrido, toma infracciones, toma la patente, emite la multa y se la manda directamente al contribuyente… todo en forma automática. Y te da un reporte diario de la cantidad de infracciones que se cometen, dónde deberías poner un semáforo, dónde falta un agente de tránsito, dónde deberíamos girar un carril. Hoy el mundo está implementando esto en ciudades chicas, medianas y grandes. La inteligencia artificial nos va a ayudar a vivir mejor en todos lados. Incluso, cuánto más te abarata los costos operativos que hoy tenés en términos reales. Esa cámara equivale a 15 inspectores de tránsito el mismo día. Y que quede claro, no implica una cosa o la otra. Lo que digo es que ya hay un movimiento que tiene que ver con que la información, que es básica para tomar decisiones. La inteligencia artificial ya es una realidad que existe en muchos lados. De hecho, Buenos Aires tiene un centro de monitoreo del transporte, que es predictivo. De acuerdo al volumen que registra de autos, sabés dónde vas a tener un embotellamiento; sabés dónde vas a tener algún tipo de demora en el tránsito, y sabés a dónde enviar un inspector para evitar mayores conflictos.
—La información es clave para la toma de decisiones, pero solo nos quedamos con datos...
—Nosotros queremos un gobierno que tenga mayor nivel de información. Que mida mucho más las prestaciones que tiene. Nuestro plan de gobierno implica crear un área municipal para la recopilación de datos. Donde midamos todo lo que podamos: cantidad de focos que cambiamos, o la cantidad de atención en los centros de salud hasta cuántos chicos tenemos en los jardines maternales. Porque hoy lo que está faltando -al menos nos cuesta como oposición, pero me imagino también al gobierno-, es que tengas la información sistematizada para tomar mejores decisiones. Vamos a poder comprar mejor, vamos a poder planificar a largo o mediano plazo. Y creo que es parte del cambio generacional también, tiene que ver incorporar tecnología e información para tomar mejores decisiones.
¿En qué pensás distinto al resto de la gente?
No sé si al resto de la gente. Creo que pienso distinto a la política tradicional de Paraná. Creo que el cambio generacional que estamos planteando es un cambio de visión real. Creo que hay muchas cosas de las que no se habla, o que la política no toca, y que están muy distintas a lo que le pasa a la gente todos los días. Yo creo que hay temas de los que la agenda municipal no discute, y creo que hay que sacarse el miedo a discutir o plantear determinadas cuestiones. Esto de que yo te digo que el sector privado necesita crecer para que Paraná pueda tener un despegue, no es algo que se escucha desde hace 30 años. Esto de “bajemos impuestos porque si no la gente no crece…”, es una discusión que hace mucho tiempo no se dice. Esto de decir “¿es complicado cambiar los procedimientos?” Sí, es complicado, pero hay que hacerlo porque si no, no despegamos y nos quedamos atrasados. Creo que tiene que ver con no tener miedo a plantear determinados temas. Estoy convencido de que podemos hacer un salto enorme. Lo que nos falta es liberar esa capacidad productiva que tenemos, romper esa cadena y salir con una visión distinta.
—Ahora, para tener “ciudades inteligentes” se necesitan “ciudadanos inteligentes”. Y en ese proceso de transformación tan grande, el personal municipal es determinante.
—Todo cambio implica una transición. Lo que sí estoy seguro es que es un cambio que ya no se puede mirar para otro lado. Y de hecho que el salto cualitativo que tenemos que dar necesita que incorporemos tecnología en todo sentido. Y ahí tenemos una dificultad y una oportunidad. La dificultad es que hace mucho tiempo los sistemas municipales siguen siendo, en muchos casos, arcaicos, con papel, no digitalizados. La gente tiene que ir presencialmente a hacer un montón de cosas. Eso implica una transformación en el método que hay que implementar. Ahora, también es cierto que tenemos universidades en la ciudad y en la zona que nos pueden ayudar mucho en términos de recursos humanos, para capacitar el personal que ya tenemos, pero sobre todo para buscar una cantera de profesionales que nos ayuden a optimizar y hacer andar esto. No hay ninguna posibilidad de transformación de la prestación municipal si al empleado municipal no lo capacitamos. Nosotros tenemos un alto porcentaje de empleados que no han terminado el secundario. Tenemos la ausencia de un plan de capacitación fuerte que esté acompañado también de lo económico, donde la gente diga, “che, si yo me capacito, también tengo un plus económico que me rinde en el sueldo”, y que sea un incentivo para querer mejorar. Hay que reconocer que se han hecho algunas cosas positivas. El tema del bot(software) municipal y algunos procesos digitales que hoy están vía internet. Pero quedan los procesos más complejos que siguen requiriendo la presencialidad. Tiene que haber una visión macro de cómo la tecnología ayuda a que vivamos mejor. Pero después se tiene que hacer un plan de laburo serio. Nosotros lo presentamos en el libro “Despertar”. Tenemos una hoja de ruta. Son cuatro ejes de trabajo. El primero tiene que ver con el cambio de la matriz económico-productiva de Paraná. Insisto, si no se cambia la matriz de empleo público, no vamos a crecer. Y para que eso pase, hay que tomar medidas concretas.
No hay ninguna posibilidad de transformación de la prestación municipal si al empleado municipal no lo capacitamos.
—¿Qué está pidiendo la gente?
—Es necesario un cambio generacional, pero no solamente por una cuestión etaria, sino por la forma de pensar dónde tiene que estar la política. Hace 10 años me vengo preparando para esto. No es que de un día para otro estoy viendo qué candidatura me conviene y especulo a ver qué quiero hacer. Yo no quiero ser legislador. Hace mucho tiempo que me vengo preparando y hemos podido construir un equipo y un plan de gobierno para transformar Paraná. Hice todo el caminito. Fui candidato a concejal en 2011 y no entré. En 2015 me ofrecieron ser diputado o ser concejal y quise ser concejal para conocer desde adentro la municipalidad. Implementé todos los programas nacionales que pude con el gobierno nacional: la SUBE, Tecnópolis, jardines de primera infancia. Y en 2019, sabiendo que iba a perder la elección porque era difícil, dije que era importante plantar bandera. Quise que la gente me conozca, quiero que sepa que estamos planteando estas cosas y creo que el resultado que tuvimos el domingo 13 de agosto está muy atado a que la gente ha visto un método distinto. Durante toda la campaña, mi único eje fueron propuestas. Escuchar, hablar, conocer del otro lado, plantear lo que queremos hacer. Todo es perfectible, todo se puede mejorar. El estilo que pusimos en la campaña fue propositivo, no gastamos un minuto en hablar mal del resto. Tuvimos una interna con cinco candidatos, la oferta política más grande de la historia de Paraná a intendente. Y, aun así, a pesar de todo ese contexto y siendo oposición al intendente de Paraná que es el candidato a gobernador y con la ministra de gobierno provincial, nosotros pudimos ser competitivos y ganar la elección. Creo que hoy la ciudadanía quiere un cambio, y eso es por la forma en la que planteamos las cosas.