La verdad es que fue un muy buen año porque tuvimos que irnos de Entre Ríos…, esa fue la verdad. Abrimos mercados en otras provincias. Veníamos trabajando algo en La Rioja y seguimos por San Juan, después Mendoza y ahora último en Neuquén. Encontramos un nicho en la ingeniería donde hay poca especialización y con eso cubrimos ese espacio que estaba vacío. Hicimos proyectos en general que incluyen en algunos casos energías renovables y conceptos de sustentabilidad. En la mayoría de los casos trabajamos con frigoríficos avícolas y algunos galpones de incubación. Es una zona que está creciendo en esa actividad y no hay muchos profesionales que puedan trabajar en el tema. Por eso es que fue un muy buen año.

Creo que venimos de pasar lo más difícil en la provincia y el país. Así que lo que viene hacia adelante no puede ser tanto peor.  Dependemos de varias cosas: cuestiones que vienen relacionadas con la productividad general que viene muy afectada por la inflación y en los últimos tres meses conseguir un repuesto en la industria fue tremendo, con importaciones totalmente trabadas, sin poder pagar teniendo el dinero; tenemos trabadas obras renovables en Entre Ríos porque la legislación que hicieron es totalmente refractaria a este tipo de cosas… así ¿que más nos puede afectar? Todo lo contrario, lo nuevo que venga es positivo.

En la medida que haya trabajo necesitamos tomar gente. La única condición es la continuidad de los trabajos. Nosotros somos muy optimistas en nuestra actividad, porque cuando se sinceren los precios de la energía eléctrica, las alternativas van desde el ahorro a colocar los nuevos sistemas de generación. Por eso somos optimistas en el rubro energía. La gente y las empresas harán previsiones e incorporarán desde generadores hasta paneles fotovoltaicos o calefones (que se frenó en los últimos seis meses).

La industria avícola tiene un nivel tecnológico igual que cualquier país europeo y ese es el principal problema cuando se cierra una importación indiscriminada y no se pueden traer repuestos. Ahora hay dificultades para conseguir PLC, contactores, variadores de velocidad… todas las cosas que implican altos grados de automatismos para ser productivos.

La principal preocupación es tener salud y poder seguir trabajando. Es lo único que nos puede impedir frenar. Pero estoy convencido que el país va a salir adelante.

Y en Entre Ríos es necesario un cambio de mirada, que se va a dar; y un cambio en las legislaciones sobre energías alternativas que es fundamental.