Noemí Dellizzotti - Presidente de Molino San José S.A
“No se podía continuar como estábamos, Argentina ya tocó fondo”
Molinos San José S.A - Paraná
Industria dedicada a la producción de harina de trigo y fideos secos bajo la marca Estrella del Paraná
La empresa pudo trabajar sin inconvenientes porque nuestros dos productos principales son de primera necesidad con precios muy competitivos en el mercado. Sí hemos sentido la situación del mercado, de nuestros clientes y de los proveedores que nos han hecho ajustar variables sobre la marcha. Cuando hablamos de compra en la empresa tenemos los proveedores de trigo, por un lado, con variaciones de precios por las variaciones del dólar y productores tratando de vender lo menos posible, a la espera de una mejor cotización. Si bien mantuvimos las compras, podríamos haber comprado más. Por el lado de los otros proveedores, del resto de los insumos, como los envases, estuvieron sujetos a los problemas de divisas y se han ido cambiando la referencia entre dólar de compra, dólar futuro y hasta dólar libre. No ha habido alternativas, se pagaba lo que pedían o no se tenía el producto. Los costos subieron y no todo se puede trasladar a precio. En ese sentido acortamos los plazos de pago a nuestros proveedores y evitar los ajustes que se hacían por dólar. Esto hizo una reducción de los márgenes de rentabilidad.
En este marco de complicaciones de nuestra economía no hemos podido pagar al exterior parte de maquinarias que tenemos compradas o repuestos que hemos tenido que traer. Nos llevó a frenar las importaciones de equipos que estaban previstas para este año e implica menos manos de obra y menos recaudación para el Estado. Recién hace unos días logramos poner en funcionamiento una línea de 2.200 kg/hora de fideos guiseros y soperos. Es una línea que negociamos antes de pandemia y terminamos de instalar ahora con la envasadora y enfardadora.
La situación en la que estábamos no podía seguir más. Es imposible trabajar con el nivel de inseguridad jurídica que tenemos; como te decía, no podemos pagar deudas del exterior porque no nos autorizan los pagos en dólares. Cuando los dólares estén y nos autoricen a pagar, ¿Cuál será ese valor? Hicimos un proyecto, con un valor estimado, los fondos, la financiación… y te cambian totalmente las reglas de juego. Era imposible seguir operando así en el País. Los cambios no se verán pronto. El gobierno afirma que vamos a estar peor los próximos meses, pero se abre una posibilidad de futuro. En abril empieza a ingresar la cosecha que puede ser muy buena con las lluvias que se están dando; esto implica dólares para encausar la economía.
Hemos ido profesionalizando la empresa, especialmente en la parte de producción y mantenimiento, donde estamos formando equipos. Seguimos sumando personal teniendo en cuenta los proyectos de inversión que veníamos haciendo y las líneas de producción que tenemos que sumar.
Como empresa somos optimistas, no puede ser de otra manera. Primero, creemos que Argentina ya tocó fondo y tiene grandes oportunidades para cambiar de rumbo. Segundo, parecería que el nuevo gobierno tiene clara cuál es la salida, pero me preocupa que se los deje trabajar como corresponde. Sé que será difícil, pero también sé que es hora que el país todo –y digo todos- nos pongamos a trabajar; que no pensemos eternamente en subsidios (hoy muchos son indispensables, pero tienen que ir desapareciendo con el tiempo). No puede ser que permanentemente estén cortando calles los mismos que reciben esos subsidios. Si pudieron aguantar el caos que fueron los últimos meses del Gobierno anterior, bien pueden dejar otros cuatro o cinco meses para darle tiempo a las nuevas autoridades a que se acomoden y pongan en práctica las nuevas normas que quieren establecer. Nos preocupa muchísimo la educación de los chicos, que deben estar en la escuela sí o sí. Y no se puede permitir cortes en los días de clase. La única manera de que el país salga adelante, y especialmente terminando la pobreza e indigencia –que debería darnos vergüenza- es a través de la educación y el trabajo. No hay otra alternativa. El sindicalismo tiene que hacer su parte también, velando que las empresas tengan sus empleados en blanco, como corresponde. Se tiene que eliminar la economía informal, y eso es buena parte de responsabilidad de los empresarios también. Incluso desde el micro emprendedor hasta el empresario más grande. No puede haber más empleo informal en Argentina. Y los sueldos deben ser dignos. Todo aquel que trabaja como corresponde, no puede estar por debajo de la línea de pobreza.
Por otro lado, las normas deben ser claras. El modelo que tiene la industria de la construcción puede ser un camino. Que se pague un porcentaje de los sueldos para las indemnizaciones, esto evita que el empleado se tenga que quedar trabajando obligatoriamente donde no quiere o que las empresas tengan empleados que no funcionan.
Lo primero en Entre Ríos es ajustar la edad jubilatoria de los empleados públicos de esta provincia. Hay una diferencia enorme con la Nación y es un disparate. Es hacer política barata con la plata de todos los que pagamos impuestos. La edad jubilatoria debería ser, mínimamente, igual que en la Nación. Tenemos jubilados de 50 años con una expectativa de vida superior a los 80 años. Además, no es solución seguir sumando empleados públicos. Es preferible tomar medidas para impulsar el empleo privado genuino. Después, ajustar la inmensa cantidad de gastos improcedentes en el Estado.
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