Para la empresa, en términos generales fue un buen año, pero con dificultades extremas. Fue un buen año porque la actividad en general hubo, con mucha demanda, trabajo y se cumplieron objetivos que venían del pasado. El primer semestre fue fluido, pero en el segundo fue cuando se intensificaron las complicaciones con las restricciones, las SIRA, los pagos al extranjero y cuestiones reglamentarias que no nos permitían importaciones de insumos y varias cuestiones administrativas ajenas a la empresa. Eso es lo que traba el segundo semestre. El tema de las SIRA nos afectó a nosotros y a nuestros proveedores, que debían importar para entregarnos insumos a nosotros para poder fabricar. Desde octubre en adelante faltaron insumos que vienen del extranjero y tuvimos que parar la producción. En todo el sector de papel reciclado fueron parando las papeleras en forma secuencial.

Las inversiones que teníamos previstas y se podían hacer con moneda local las cumplimos en tiempo y forma. Las otras, las que incluían componentes y equipos importados, estaban sujetas a restricciones, y esas están atrasadas por falta de autorizaciones para ingresarlas al país.

Creo que todavía necesitamos saber de qué se tratan los cambios. Todavía no tenemos precisiones. Podemos tener conjeturas, pero nada cierto. Lo que sí sabemos es que los niveles de inflación sean significativos y retraerán los niveles de consumo del año próximo.

Con una liberalización del comercio exterior podríamos confirmar y llevar adelante las inversiones que tenemos previstas y están demoradas. De cualquier manera, tendremos que sopesar los tamaños de los mercados que tendremos. El mercado interno tendrá un ajuste, como se viene manifestando, pero todavía no sabemos cuál será la magnitud. Por otro lado, habiendo un flujo normal de compra y venta de divisas, seguramente las llevaremos a cabo, porque las inversiones no se hacen pensando en la coyuntura sino en un plan de mediano y largo plazo. Necesitamos hacer actualizaciones tecnológicas que llevan un proceso de cara al futuro.

Hoy la principal preocupación que tenemos es la falta de certezas en variables que deberían ser claras en cualquier lugar del mundo: tipo de cambio, cómo funciona el comercio exterior, tasa de inflación, cómo seguirá el poder adquisitivo del salario, nivel de consumo…, pero hoy ninguna de estas variables tiene claridad.

Entre Ríos no está ajena al contexto nacional. Necesita trabajar mucho más eficientemente en los recursos que dispone y transformarse en un impulsor de cada actividad que se desarrolla en la provincia. Las cargas impositivas juegan un rol importante al igual que las tasas municipales. Deben ser competitivas en relación al resto de las provincias.