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Foro Económico Mundial

Navegando la incertidumbre: riesgos globales 2025 y estrategias

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En un mundo cada vez más interconectado y en constante cambio, el Informe Global de Riesgos 2025, elaborado por el Foro Económico Mundial, presenta un análisis de los riesgos que amenazan la estabilidad global a corto, mediano y largo plazo. Este informe, basado en las opiniones de más de 900 expertos y líderes mundiales, subraya la urgencia de abordar desafíos ambientales, geopolíticos, económicos, sociales y tecnológicos.

El Informe Global de Riesgos es publicado anualmente por el Foro Económico Mundial, se basa en una metodología rigurosa que combina datos cuantitativos y cualitativos. El principal insumo de datos es la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales (GRPS), que recopila las opiniones de más de 900 expertos de diversas disciplinas y regiones. Los encuestados evalúan la probabilidad y el impacto de 33 riesgos globales en diferentes horizontes temporales: corto (2025), mediano (2027) y largo plazo (2035). Esta encuesta recopila las opiniones de líderes del sector público y privado, así como de la academia y organizaciones de la sociedad civil, para identificar y priorizar los riesgos emergentes. Además de la GRPS, el informe incorpora datos de la Encuesta de Opinión Ejecutiva (EOS), que identifica los riesgos que representan la mayor amenaza para cada país en los próximos dos años, según lo evaluado por más de 11,000 líderes empresariales en 121 economías

El informe revela un panorama sombrío para los próximos años. El optimismo sobre el futuro es limitado, el 52% de los encuestados anticipa un periodo de inestabilidad global durante los próximos dos años, y un 62% prevé una situación turbulenta o catastrófica a 10 años. Este pesimismo refleja una preocupación sobre la capacidad de las instituciones actuales para abordar eficazmente los riesgos emergentes y gestionar la fragilidad global. La falta de consensos políticos y la creciente desconfianza en los organismos multilaterales han limitado las respuestas coordinadas a crisis globales, debilitando aún más la capacidad de anticipación y acción frente a amenazas.

Entre los riesgos más apremiantes se encuentran los conflictos armados entre estados, las tensiones geoeconómicas, los eventos climáticos extremos y la desinformación masiva, todos ellos exacerbados por la polarización social y la desigualdad. Estos problemas, lejos de ser independientes, están profundamente interconectados, lo que aumenta su complejidad y dificulta su gestión.

El riesgo más alarmante para 2025 es el aumento de los conflictos armados entre estados, que ha escalado al primer lugar en el ranking de riesgos. La invasión de Rusia a Ucrania, los conflictos en el Medio Oriente y Sudán, y las crecientes tensiones en torno a Taiwán son ejemplos de un panorama geopolítico cada vez más volátil.

Además, la confrontación geoeconómica, manifestada en sanciones, aranceles y barreras comerciales, también ocupa un lugar prominente. Estos conflictos no solo afectan las relaciones internacionales, sino que también tienen consecuencias económicas significativas, como la interrupción de cadenas de suministro y el aumento de los costos de bienes esenciales. Estas tensiones podrían derivar en guerras comerciales, afectando especialmente a los mercados emergentes.

La falta de mecanismos eficaces de resolución de conflictos y el debilitamiento de los organismos internacionales han exacerbado aún más la situación, dificultando la posibilidad de alcanzar soluciones diplomáticas sostenibles. En este contexto, el debilitamiento del multilateralismo y la creciente preferencia por soluciones unilaterales agravan aún más la situación.

Los riesgos ambientales, que han sido una fuente constante de preocupación en las últimas dos décadas, han adquirido una nueva urgencia. Los eventos climáticos extremos, como huracanes, inundaciones y olas de calor, están ocurriendo con mayor frecuencia e intensidad, causando estragos en comunidades y economías enteras.

La contaminación es un riesgo que está aumentando su prominencia en las perspectivas de riesgo a 10 años. El riesgo de contaminación inicialmente abarcó la contaminación del aire y la contaminación por nanopartículas (pintura, cosméticos, atención médica). La contaminación es el principal factor de riesgo ambiental a nivel mundial para enfermedades y muertes prematuras. Sus impactos son desiguales, ya que el 92% de las muertes relacionadas con la contaminación y la mayor carga de pérdidas económicas relacionadas se producen en los países de ingresos bajos y medios.

Además, la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas son riesgos cada vez más graves, que afectan no solo al medio ambiente, sino también a la seguridad alimentaria y la salud global.

Las preocupaciones sobre los efectos adversos de la inteligencia artificial están aumentando, especialmente en lo que respecta a su uso malintencionado, particularmente en la generación de desinformación, debido a su capacidad para crear contenido falso a gran escala. Esta es una de las principales preocupaciones a 10 años

El informe examina los riesgos y oportunidades asociados con los avances en biotecnología, incluyendo la edición genética, la biología sintética y las interfaces cerebro-computadora. Si bien estas tecnologías tienen el potencial de mejorar la salud humana y abordar los desafíos globales, también plantean riesgos éticos y de seguridad que deben gestionarse cuidadosamente.

El espionaje cibernético y los ataques informáticos también figuran entre los principales riesgos tecnológicos, se clasifican como el quinto riesgo en las perspectivas a dos años, complica el entorno geopolítico, afectando las intenciones de los votantes y la imagen de productos y servicios, reflejando un entorno digital cada vez más vulnerable.

La percepción de los riesgos globales varía significativamente entre generaciones, reflejando las distintas prioridades y preocupaciones de cada grupo etario. Los jóvenes menores a 30 años muestran una mayor inquietud por los desafíos ambientales, los conflictos armados y la depresión económica. Similar preocupación se destaca en el rango etario de 30 a 49 años. Sin embargo, en los puntos señalados en grupos mayores a 50 años, el aspecto económico tiende a depreciarse y aparecen aspectos relacionados a la polarización social y la desinformación.

Esta diferencia de enfoques sugiere la necesidad de diseñar estrategias de mitigación de riesgos que incorporen una perspectiva intergeneracional, promoviendo el diálogo y la cooperación entre distintos sectores de la sociedad para abordar los desafíos globales de manera más efectiva.

Otro punto importante destacado en el informe viene relacionado a las sociedades superenvejecidas, donde una proporción cada vez mayor de la población tiene 65 años o más. Estos desafíos incluyen la sostenibilidad de los sistemas de pensiones, la escasez de mano de obra a largo plazo y la necesidad de promover el envejecimiento saludable y la participación social de los adultos mayores.

El informe subraya la necesidad de acciones coordinadas para abordar estos riesgos y construir un futuro más resiliente. Entre las recomendaciones clave se incluyen:

  1. Fortalecer las instituciones multilaterales: El informe subraya la importancia de apoyar a las instituciones multilaterales, como las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio, para abordar los desafíos globales de manera colectiva. También destaca el papel de las organizaciones regionales en la gestión de tensiones y la promoción de la cooperación.
  2. Promover la colaboración entre sectores: Gobiernos, empresas y sociedad civil deben trabajar juntos para desarrollar soluciones integrales y sostenibles. El informe insta a los gobiernos y las empresas a invertir en medidas de mitigación y adaptación al cambio climático para reducir los impactos de los eventos climáticos extremos y proteger a las comunidades vulnerables.
  3. Abordar las desigualdades: El informe destaca la necesidad de abordar las desigualdades económicas y sociales para reducir la polarización y promover la cohesión social. Esto incluye políticas para mejorar el acceso a la educación, la atención médica y las oportunidades económicas para todos.
  4. Combatir la desinformación: El informe destaca la necesidad de impulsar la alfabetización digital y la sensibilización pública sobre los riesgos asociados con la desinformación, la polarización y la vigilancia en línea. Los ciudadanos deben estar equipados con las herramientas y habilidades necesarias para evaluar críticamente la información y proteger su privacidad en el mundo digital.
  5. Prepararse para los riesgos tecnológicos: El informe hace hincapié en la importancia de establecer normas y marcos regulatorios para gestionar los riesgos asociados con las tecnologías de vanguardia, como la IA y la biotecnología. Estos marcos deben abordar cuestiones éticas, de seguridad y de privacidad, y deben ser adaptables a los rápidos avances tecnológicos.

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