Laurentino López Candioti, Presidente de La Rosalía SA
Establecimiento La Rosalía, Espinillo Norte – Empresa agropecuario y único tambo del país habilitado para exportar a la Unión Europea y con certificaciones de bienestar animal.
BALANCE 2024
PERSPECTIVAS 2025
Si tenemos que comparar con los últimos dos años este ha sido excelente, aunque más por expectativa que por los resultados concretos. Nos sorprendió para bien la velocidad con la que se dieron los cambios. En lo nuestro, el invierno nos golpeó con una sequía, pero la buena relación de precios entre granos y leche nos permitieron recomponer márgenes y tener un balance positivo. Sin embargo, el primer trimestre fue complicado, con tasas de interés altas y una mala campaña agrícola que también nos afectó. A medida que avanzó el año, los buenos precios nos permitieron estabilizarnos y empezar a paliar una situación financiera que aún sigue siendo endeble.
En términos productivos, los planteles llegaron bajos con una reducción general del 10 al 15% en la producción de leche. Mucha venta de vacas ociosas y también productivas, no para trasladarlas a otros tambos, sino directamente a la faena. Es un fenómeno similar al remate de vientres en la ganadería y este impacto será visible en la producción futura.
Vemos un cambio en la gente que no permitirá que se vuelva hacia atrás. Volvimos a probar estabilidad y viene no solo para quedarse, sino también para ahondarse.
A nivel competitivo, el desafío sigue siendo el costo argentino y el problema de la cadena láctea. Como productores, nos hemos vuelto muy eficientes debido a las crisis acumuladas, pero esto no se replica en toda la cadena. Para 2025, el enfoque debe estar en mejorar la eficiencia en toda la cadena, desde el productor hasta la industria y el comercio. La competencia ya no será local, sino internacional y debemos adaptarnos rápidamente para ser competitivos en mercados de exportación con estándares altos y precios demandantes. Hoy el consumidor, sin inflación y con productos de muy buena calidad importados en las góndolas busca precios, y los precios deben salir de la eficiencia de la cadena láctea argentina. Ahora le toca a la industria y al comercio buscar esa eficiencia, ya que el productor ya hizo todo ese trabajo. Salimos a competir y ya no estamos más en una isla fuera del mundo como en los últimos 15 años.
Hemos comenzado a usar inteligencia artificial en áreas clave, como el diagnóstico de problemas en vacas, la optimización de dietas y la toma de decisiones diarias. Además, retomamos inversiones tras dos años de freno, enfocándonos en el confort animal, la productividad y el desarrollo de cultivos de servicio. También volvimos a pensar en productos premium, tanto para el mercado local como internacional, como una estrategia de agregar valor en la cadena. El sistema argentino ha quedado tan afuera que vamos todos a tener que empujar para reinsertarse en los mercados internacionales. Hay que pensar en lo que el mundo pide, con calidad y precios.
Para el próximo año, tengo una expectativa sólida de mejora. Con un entorno económico más estable y condiciones climáticas moderadas, el 2025 se perfila como un año muy bueno, mejor que el actual. Igual, la principal preocupación sigue siendo que a la Argentina le vaya bien. Si el país no avanza, quienes dependemos de mercados primarios y de exportación quedamos rezagados.
Manejar una empresa sin inflación, como puede ocurrir el año que viene, nos libera un montón de nuestro tiempo que era el problema de stock, de compras, de plazos de cheques y finanzas, para ahora pensar puertas adentro en nuestro negocio.