El 2023 fue apenas regular. Nuevamente no hubo disponibilidad de vehículos 0 kilómetros. Solamente se pudieron vender autos fabricados en el país y con los cupos que iba entregando la fábrica de acuerdo a la producción que tenían. En el caso de los autos importados, casi no existieron para comercialización en este año.  Por su parte, la demanda estuvo y el cliente terminó comprando lo que había disponible en cada momento. El mercado de usado siguió firme, con precios más altos de lo normal por el problema que hubo con los cero kilómetros. Nosotros logramos sostener la estructura que tenemos con la esperanza de que se reactive el mercado.

Los cambios que se están produciendo, con el sinceramiento del tipo de cambio y los aumentos que ya se han producido en los cero kilómetros, sabemos que en el corto plazo caerán fuerte las ventas. En los primeros meses se notará una disminución importante en las ventas. La cámara de concesionarios está hablando de una baja del 10% en el mercado nacional para el año próximo. Este año el mercado fue de unos 440.000 vehículos. Y respecto a la posibilidad de ingresar vehículos importados, todavía no hay absolutamente nada en claro. Hasta ahora, no hay reglas de juego en ese tema.

Nosotros esperamos una retracción en 2024 y estamos expectantes en saber cuáles serán las nuevas reglas de juego. Y a partir de ahí ver cómo nos adaptaremos para atravesar el año. La principal preocupación es dónde quedará el mercado. Porque tampoco al campo le han mejorado las variables y podría ser uno de los sectores que antes movilicen la demanda.

Entre Ríos necesita mejorar la infraestructura. Cada vez que uno sale de la provincia y entra a las rutas vecinas le da la sensación que cambia de país.