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INNOVACIÓN Y AUTOMATIZACIÓN

La IA que revoluciona el campo argentino

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La inteligencia artificial se integra en el agro para automatizar decisiones y asistir proactivamente al productor, optimizando la productividad y el rendimiento con soluciones como las cosechadoras y centros de conectividad.

La inteligencia artificial irrumpió en nuestras vidas y modificó la cotidianeidad: la forma en que socializamos, pensamos, creamos y trabajamos. De los beneficios y perjuicios de la IA se ha escrito mucho y el debate está en la cresta de la ola. Aún así, es innegable que los aportes de la inteligencia artificial, conducidos por nuestra inteligencia natural hacia objetivos concretos, son más que positivos. 

En el ámbito del trabajo, la IA ha venido a sustituir en muchos casos tareas rutinarias, y liberado a las personas para dedicarse a otras tareas, como la conducción o la fijación de las estrategias. Todo se termina traduciendo en más eficiencia y productividad. 

El sector del agro, y muy especialmente el agro argentino, ha sido siempre un gran consumidor de tecnología útil, apuntada a mejorar la productividad y rendimiento. Y ésta revolución de la inteligencia artificial no le ha pasado por el lado. Tal es así que podemos hablar de IA: Inteligencia Agronómica. Inteligencia artificial apuntada a producir más y mejor en el campo. 

La inteligencia agronómica, podemos decir, trabaja en dos esferas fundamentales para el agro: en la automatización de tomas de decisiones agronómicas, y en la asistencia proactiva al productor. 

En la automatización de tomas de decisiones, las nuevas series de cosechadoras que incorporan inteligencia agronómica, pueden modificar parámetros de cosecha y trabajo en tiempo real, sin intervención humana, para mejorar la productividad y rinde. 

Case IH ha sido una marca pionera en este tipo de soluciones. En su línea de cosechadoras, ha lanzado recientemente la serie Axial Flow 260 Automation, que lleva aún más allá la automatización de procesos que ya incorporaba la serie 250. Estos equipos automatizan el 86% de las tareas que realiza normal y manualmente un operario. Pueden lograrlo a través del AFS Harvest Command Automation, el cerebro detrás de la automatización real capaz de controlar 9 de las 12 operaciones de la cosecha. Antes, un operador se encargaba de 12 operaciones entre intervención y monitoreo y ahora pasa a hacer 3. El sistema se encarga de regular automáticamente hasta 1.800 intervenciones en los sistemas de ajuste para que la máquina pueda entregar mayor productividad, mejor calidad de grano y mejor índice de pérdidas. Todas estas intervenciones se dan gracias a 16 sensores distribuidos en los principales sistemas del equipo. Estos sensores determinan la calidad del grano, la limpieza y presencia de materia orgánica, para decirle al sistema si se ajustan a los resultados esperados. De no ser así, la inteligencia hace los ajustes. 

En este nuevo paradigma, el productor rural pasa a tener un rol mucho más estratégico y de gestión de su maquinaria y su campo. La alta cantidad de información agronómica que se está produciendo y almacenando en sus distintas máquinas y sistemas, es un cúmulo potencial de valor agregado. Pero como toda materia prima, hay que procesarla. 

Es ahí donde entra en juego el segundo pilar de la Inteligencia Agronómica: la asistencia proactiva. Case IH tiene implementado hace varios años su unidad de negocios AFS  (Advanced Farming System – Sistema de Agricultura Avanzada – ), que se encarga del desarrollo, venta y seguimiento de soluciones de agricultura de precisión y conectividad para el campo. Para gestionar toda la big data agronómica que las máquinas generan, Case IH tiene a nivel global y también nacional, los centros de conectividad Connect Room: es un centro de monitoreo de máquinas situado en la fábrica que la marca posee en Córdoba y también distribuido por toda la red de concesionarios, centrado en la disponibilidad mecánica y la eficiencia operativa. Los profesionales de Case IH se dedican a comprobar los indicadores y las alertas de las máquinas para ponerse en contacto con los concesionarios y los clientes lo antes posible y realizar un mantenimiento proactivo de las máquinas, incluso antes de que se detengan. Es un gran beneficio para bajar costos de mantenimiento y tiempo de máquina parada. Las herramientas de acceso remoto también están listas para auxiliar en los diagnósticos y posibles resoluciones de problemas a distancia, lo que se traduce en agilidad y economía de costos de desplazamiento y horas hombre. 

El Connect Room está cambiando la rutina de trabajo de los concesionarios. En Entre Ríos, la firma Folmer es Concesionaria Oficial de Case IH , y recientemente ha inaugurado su nueva casa central en Crespo, donde cuenta con modernas instalaciones y un Connect Room que tiene la función de monitorear las actividades diarias de todas las máquinas conectadas en su región. 

Esta es una forma de garantizar una prestación de servicios cada vez más rápida y asertiva. El personal de asistencia técnica especializado del concesionario puede visualizar y explicar los parámetros de funcionamiento y los ajustes críticos de las máquinas sin tener que desplazarse hasta donde se encuentren. 

El servicio de Connect Room cuenta con una función de pantalla compartida, que permite al concesionario identificar rápidamente los problemas y sugerir cambios para optimizar tu productividad. Sus servicios remotos permiten prestar asistencia para verificar los códigos de indicadores de la maquinaria, prever futuros problemas, solucionar los problemas existentes y proporcionar actualizaciones de software en tiempo real. Además, cuando una máquina se aproxima al intervalo de mantenimiento previsto, el concesionario colabora proactivamente para programar visitas de mantenimiento mientras no se está utilizando la máquina.

Todas estas implementaciones de inteligencia agronómica, no sólo han potenciado la productividad del campo, sino que también han acortado tiempos de respuesta a problemas o tomas de decisiones. Esto conlleva ahora un nuevo desafío para los concesionarios: poder brindar las respuestas de manera rápida y eficiente a sus clientes. En esa clave, Folmer ha sido siempre un Concesionario caracterizado por un excelente servicio posventa, priorizando el acompañamiento al productor cuando más lo necesita. A través de mano de obra calificada y repuestos certificados, la empresa nacida en Crespo ha construido su reputación de ser un socio estratégico del campo entrerriano en sus más de 60 años de trayectoria. 

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