Para nosotros fue un buen año, pero en el marco de una situación muy triste que fue la gripe aviar, que impactó a todo el país. Lamentablemente esta situación llevó a que, quienes tuvimos la suerte de no vernos afectados, podamos tener un año económico bueno para el mercado del huevo. La gripe aviar fue un desastre, una situación única y sin precedentes. Liquidó empresas, fundió productores y perdió casi un 8% del mercado, fue muy triste. Y al sector en general le hizo prender todas las luces de alerta para mejorar la sanidad e incrementar las condiciones de bioseguridad en las granjas. Por eso digo que fue un año positivo para la avicultura del huevo para aquel que pudo salir adelante, pero quedaron muchos en el camino. Hoy tenemos la amenaza de que la gripe aviar puede volver en cualquier momento.

Nosotros nunca paramos de invertir. Y cuando se trabaja de esta manera van surgiendo constantemente cuellos de botellas en las diversas áreas. Este año crecimos en el acopio, en el desarrollo de nuevas sucursales de venta y logística, principalmente.

El nuevo gobierno nos deja esperanzados en que algo nuevo viene. Esperamos que sea positivo. El empresario por naturaleza tiene que ser optimista, de lo contrario nunca emprendería. Las medidas reales todavía no las conocemos. Se habla de apertura de importaciones. Siempre ha sido una de las preocupaciones del sector y más cuando el tipo de cambio hace muy competitivo al producto de afuera frente al interno. Pero mucho más nos preocupa lo que pasó con la Gripe Aviar y la bioseguridad. No son productos industriales, como tornillos. Estas son aves vivas y requieren mucho trabajo e inversión en vacunaciones y bioseguridad. Nuestro país es líder en estos temas y el sector avícola argentino es modelo en el mundo. Entonces, una apertura indiscriminada del mercado a países que no cuidan correctamente esos temas, tira por tierra todo el esfuerzo que se ha hecho acá. La bioseguridad es una cuestión del día a día. Esperamos que esto lo entiendan las nuevas autoridades y no perdamos la calidad de nuestros productos. Y en cuanto a la eficiencia, Argentina lo es en producción avícola y puede competir con cualquier mercado. Puede perder mercados por el tipo de cambio, pero principalmente se cerraron mercados este año por el tema sanitario y la Gripe Aviar. Entonces, es fundamental entender la necesidad de proteger nuestro estatus sanitario.

Respecto de 2024 Argentina seguirá produciendo y esperamos abastecer normalmente el mercado. La empresa sigue creciendo y necesitará más personal. Creo que tendremos un año con demanda dentro de lo habitual.

En cuanto a las preocupaciones, como en este año, la principal pasa por el abastecimiento de materias primas (maíz y soja fundamentalmente); después, el desarrollo del mercado interno. Todavía no sabemos cómo impactarán las medidas en el bolsillo de los argentinos y, por ende, en la demanda de huevo.

¿Qué necesita Entre Ríos? Parece un disco rayado: caminos. Las rutas nacionales, mal que mal, se están manteniendo; pero las rutas provinciales y ni hablar de los caminos rurales, se encuentran en un estado deplorable. Es necesaria una política para mejorar la conectividad para sacar la producción de los campos. La red vial es fundamental en esta provincia. Y después, el esquema impositivo en Entre Ríos y cómo quedará, a partir de los cambios que se están hablando: ¿favorecen o entorpecen la producción?