El 2023 volvió a ser un año muy difícil y siempre buscamos la forma de mantener la actividad y la productividad, y logramos que sea un buen año, agregando valor y que nos elijan. Tanto en bolsa como en agro tuvimos un bueno año; más en lo primero, pero no hay que olvidar que el campo viene de una sequía histórica.

Este año logramos incorporar muchos talentos en la empresa y ya comenzamos con el proyecto de la nueva obra que será un edificio corporativo al lado del que ya tenemos. Mientras esto se concreta y como no tenemos más espacio, alquilamos en Alameda de la Federación, acá en Paraná, el inmueble donde estaba el banco Santander para funcionar como sucursal, seguir creciendo y dando un mejor servicio incorporando otro tipo de clientes.

Las sucursales de Santa Fe y Rosario también sumaron gente y continuaron ganando mercado. A nivel tecnológico la inversión fue importante e hicimos desarrollos propios para mejorar servicios e incorporar productos. A todo esto, se mejoró la gestión y eso se ve reflejado en los resultados. No fue el contexto lo que nos ayudó, sino que crecimos “a pesar de”. El día que tengamos reglas claras y menos restricciones absurdas para operar en los diferentes mercados, seguramente podremos expresar todo nuestro potencial. Hoy es ir adaptándonos en el día a día a cada regla que se cambia.

A nivel Bolsa, el crecimiento en términos reales fue de casi el 300% con nuevas cuentas comitentes, cantidad de operaciones, facturación, cantidad de capital humano. En agro mantuvimos los volúmenes -a pesar de la reducción de cosecha- y crecimos también en facturación.

Estamos esperando con mucho optimismo los cambios que planteará el nuevo gobierno. La administración que pasó se llenó de restricciones en favor de otros sectores, como el bancario, limitándonos en una cantidad de operaciones. La liberación y quita de restricciones equilibra la cancha y podremos expresar todo nuestro negocio. Es claro que una economía recesiva representa un gran desafío, pero creamos una compañía lista para enfrentar eso.

Hoy ya somos unas 100 personas, con un crecimiento del 20% en este 2023. El año próximo deberíamos crecer en una misma proporción y por eso es que estamos haciendo las ampliaciones edilicias para operar con comodidad. Somos muy optimistas. Somos empresarios. No hemos parado de invertir y creemos en lo que hacemos. Servicios como los que brindamos nosotros son cada vez más demandados. 

Las preocupaciones es que se den los cambios estructurales que son necesarios: la liberación de la actividad y eliminación de las restricciones. Después, estar atentos a lo que suceda en cada sector. La diversidad de negocios y actividades en las que estamos nos permite vislumbrar una buena cosecha. Con un buen tipo de cambio, una economía más estable, si se logra controlar la inflación a lo largo del año, la gente vende y puede haber un buen nivel de actividad…, el clima pinta bien y es favorable para la economía general. Otra expectativa es que cambien las leyes laborales y las simplifiquen, lo que nos permitirá sumar más gente. En definitiva, tenemos muchas expectativas para el 2024. Sobre todo, si nos permiten explotar todo nuestro potencial.

Entre Ríos tiene que ser un lugar atractivo para invertir. Atraer el valor. Hay un gran potencial en una cantidad importante de industrias. Entre ellas, la economía del conocimiento. Ingresos Brutos es un gran problema y las tasas municipales hacen una gran diferencia, a la hora de analizar una inversión en la ciudad de Santa Fe o Paraná. Hay que simplificar, desburocratizar y modernizar el Estado provincial y municipal. La industria avícola sigue sin poder abrir Chile y China y nadie se ha movido mucho. Se necesitan actividades de promoción comercial real y efectiva para exportar. Entre Ríos tiene todo para crecer.