El 2023 fue sinceramente, muy difícil. Todo lo que sucedió con las importaciones nos puso en una situación muy complicada en el segundo semestre. Tuvimos que bajar el ritmo de trabajo y adaptarnos a lo que nos impuso no poder pagar nada de afuera. Ahora estamos con la planta parada. Nos faltó pasta, mallas, lienzos y telas, además de varios productos químicos. Lo positivo estuvo en la primera parte del año con una demanda sostenida. Creemos que en ese momento nuestros clientes también buscaron anticipar consumo.

Es difícil saber cómo quedará nuestro sector cuando tengamos las nuevas medidas que parecen que tomará este gobierno entrante. Es determinante conocer en qué valores quedarán nuestros costos internos. La competencia nos exigirá trabajar en la eficientización de los procesos, cosa que no asusta a una empresa con 60 años en el mercado argentino. Pero necesitamos que haya certeza en cuáles son los verdaderos costos. Hoy tenemos insumos o repuestos que, en dólares, están al doble de lo que históricamente lo pagamos. Los valores relativos tienen que readecuarse a una economía normal.

Una apertura indiscriminada de las importaciones nos afecta directamente. Nos animamos a competir, pero si tenemos valores relativos coherentes con el resto del mundo. La parte positiva es que nos está venciendo el contrato de gas (nosotros compramos en el mercado mayorista) y estamos viendo que estaría bajando ese costo. Después veremos qué pasará con la energía, que es otro insumo importante en el proceso.

El primer trimestre del año nos va a encontrar estudiando el nuevo panorama. Tenemos para instalar un nuevo equipo para una integración vertical, pero veremos cómo quedará el mercado primero. Tenemos miedo a la recesión y hasta dónde llegará ese freno en el consumo. Después, nos preocupa que Brasil inunde el país de papel y no responda a los valores de mercado. Lo que ha crecido Brasil en estos 20 años mientras Argentina estuvo frenada, es la gran diferencia.

Entre Ríos tiene que adecuar sus costos impositivos a lo que sucede en la región centro, y a partir de ahí ver qué diferencia le puede agregar el gobierno a la industria. La incidencia de los costos impositivos de esta provincia es altísima.