Terminamos un año complicado en lo político, en lo económico y afectando la marcha de la empresa. Tres elecciones significan tres momentos en los cuales nos distraemos de la marcha de la industria. En lo económico, las exportaciones fueron complicadas con el valor del dólar. La inflación del 10% mensual fue sumamente complejo para el mercado interno. Logramos mantener las ventas, pero a fuerza de mucho sacrificio y dedicación en el día a día. No hicimos inversiones y nos dedicamos a ser eficientes en la operatividad. Trabajamos para adentro, en las personas y estar listos para cuando llegue el momento de estabilidad donde se pueda volver a invertir y buscar mercados externos. La incertidumbre de este 2023 ha sido extrema.

Creo que los cambios se producirán. El nuevo presidente ganó con una filosofía supuestamente diferente a la que teníamos. Ahora, hay que ver si se puede restablecer la economía y no será de un día para el otro.

En el 2024 habrá que mirar lo que pase. Habrá que planificar bien, cuáles son las variables y oportunidades que puedan aparecer. Lo veo como un año de ajuste y de pensar mucho cómo avanzar sobre cada objetivo. Para eso es necesario que se estabilice la economía. Hay que parar el espiral inflacionario y lograr una cierta estabilidad. Hay un desorden muy grande en los precios relativos, cuánto costará el combustible, la energía y cómo quedarán los costos en el sinceramiento que se está proponiendo. Será un año para el análisis profundo.

Hace mucho tiempo que no logramos hacer inversiones importantes que signifiquen un cambio en la producción. Lo que hacemos es sostener la eficiencia solamente. Las tenemos planificadas, pero no hemos tenido la oportunidad de llevarlas adelante. Argentina se mete en crisis extraordinarias y a la vez tiene la capacidad de salir rápidamente de una manera que nadie puede entender después.

Entre Ríos necesita bajar el gasto público imperiosamente. Y después, lo relacionado a infraestructura: caminos y energía.