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Desafiando la Incertidumbre: el objetivo es llegar al próximo ciclo… como los políticos

En un contexto marcado por desafíos políticos y económicos, en donde el ciclo de esta campaña parece coincidir con la carrera política de los últimos dos presidentes, nos encontramos frente a un escenario que exige un enfoque financiero para el productor agropecuario.

Por Matías Méndez
Contador. Director de www.demargen.com

En un contexto marcado por desafíos políticos y económicos, en donde el ciclo de esta campaña parece coincidir con la carrera política de los últimos dos presidentes, nos encontramos frente a un escenario que exige un enfoque financiero para el productor agropecuario.

Si bien la política puede atraparnos en un ciclo de expectativas y ansiedad, el enfoque que debemos adoptar como productores es claro: agregar valor, de manera sustentable en un futuro a largo plazo. Esta meta es más que un simple objetivo; es la clave para prosperar en un entorno que a menudo se ve afectado por la incertidumbre económica, financiera y climática. En este artículo, exploramos cómo la planificación financiera y los presupuestos, se convierten en nuestras herramientas esenciales para llegar a culminar la campaña 23/24.

El enfoque que debemos adoptar como productores es claro: agregar valor,
de manera sustentable en un futuro a largo plazo.

Cuando digo que coincide con la carrera política, me refiero a que parece que los políticos van adaptándose a las circunstancias, dando forma a lo que emerge y luego pasan solo a querer terminar su mandato, sin ningún plan. Para el gobierno de Macri fue un triunfo culminarlo -según se decía- después de 91 años que un gobierno no peronista terminaba su mandato al tiempo establecido. En política hace tiempo que simplemente el objetivo es terminar el ciclo. Aunque esto no es el enfoque principal del artículo, vale la pena compararlo para identificar qué evitar.

Muchos productores tienen en el horizonte alcanzar la campaña agrícola del próximo año 2024/2025, con optimismo en cuanto a las condiciones climáticas y con la oportunidad de comenzar a planificar de manera más organizada. Sabemos que no es el objetivo adecuado llegar a la próxima campaña; la meta debe ser agregar valor ahora y en el futuro, de manera sustentable y a largo plazo. La sequía y el contexto económico nos llevan a esta situación financiera, que además de buscar agregar valor, estamos viendo cómo financieramente podemos continuar.

Nos va a ocupar más lo financiero que lo productivo y debemos estar atentos a la toma de decisiones precipitadas sin medir sus riesgos.

Nos va a ocupar más lo financiero que lo productivo y debemos estar atentos
a la toma de decisiones precipitadas sin medir sus riesgos.

Es posible y más necesario que nunca no perder el foco en agregar valor, sino nos parecemos a los políticos; para esto es esencial planificar, presupuestar, ejecutarlo al mismo, haciendo un control y registrando las operaciones, para así poder luego hacer las evaluaciones y correcciones; Debemos adecuar nuestros sistemas productivos agropecuarios entrerrianos, de tal manera que contemplen que, en una de cada diez campañas, vendrá una sequía donde cosecharemos solo el 30% de lo pensado. Debemos estar preparados y anticipados para estas situaciones.

Si no planificamos y no controlamos nuestra evolución, nos endeudamos imprudentemente en maquinarias, insumos o arrendamientos. Vienen períodos complejos y muchos entran en situaciones financieras críticas. Así han desaparecido infinidad de productores en estos últimos 20 años.

Ahora, la meta es llegar a mayo del 2024 agregando el mayor valor que se pueda. Hay que comenzar a analizar las alternativas financieras del momento. Ardua tarea con las elevadas tasas de interés y que han empeorado luego de las PASO. Debemos evaluar la inflación individual de lo que vamos a adquirir con el financiamiento, si su precio tiene expectativa de variación por tipo de cambio y la tasa de interés que nos ofrecen (atento que muchos insumos del agro, no tienen expectativa de inflación sino de variación de tipo de cambio. Por lo tanto, no hay que comparar la tasa de interés con la inflación sino con la expectativa de devaluación).

Y antes de analizar las alternativas, tenemos que saber bien qué es lo que vamos a financiar. En un principio tenemos deudas de la campaña pasada, todo aquello que no se alcanzó a cumplir; y, por otro lado, la necesidad de financiamiento para afrontar la nueva campaña. (Dejamos una planilla para completar; manos a la obra que se puede planificar, sin excusas).

Lógico que esta simple planilla conlleva una importante cantidad de cálculos y estimaciones. Cuando le preguntamos a productores si saben cuál será el beneficio neto esperado en el próximo período, no nos pueden contestar. Nos dicen que no tienen suficiente información. Las respuestas normales son: “No sabemos cuánto va a llover”; “No sabemos qué va a pasar con los precios del mercado”. “Tenemos personal sin entrenamiento”. “Nuestra gestión es poco disciplinada”.

Si miramos esta lista, hay algo que de verdad que nos empieza a preocupar: las excusas.

A modo de ejemplo, en el siguiente cuadro se muestran los presupuestos que generalmente se necesitan para una correcta planificación de una campaña agrícola, y responder a la pregunta anterior. Estos presupuestos se los podemos presentar a los productores en una sola hoja A4 a doble cara. O sea, en una sola hoja de papel pueden tener todo el presupuesto para la campaña, una vez que eligieron los cultivos que van a sembrar.

Para esta tarea sabemos que hay mucha incertidumbre. Principalmente en lo económico que influye en lo financiero y en lo productivo. Ante esta situación, cuanta más incertidumbre, mayor debe ser el esfuerzo para planificar, presupuestar y utilizar softwares de gestión para ejecutar y administrar lo planificado.

Desafío de arrendamientos

El tema de los arrendamientos merece un párrafo aparte.

Primero, al hablar del dólar soja o maíz pensemos ¿de quién es el stock de granos que queda en el país? Si el 70% de la agricultura se hace en campos alquilados y el rinde promedio nacional se ubica entre los 15 qq y 18 qq, y el arrendamiento promedio nacional se ubica entre los 9/10 qq (según organismos oficiales), ¿usted piensa que el stock de granos pendiente de vender es de los productores que pagaron el alquiler y se guardaron esos 6 o 9 quintales en reserva?

Nos han puesto a discutir el precio de los granos para el alquiler por la diferencia de cotización del dólar con los dueños de los campos. Discusión que muchos productores no han dado, porque la relación con el dueño del campo va más allá de los enredos que hacen los gobernantes.

Segundo, quiero resaltar que estamos asumiendo que 1 de cada 10 años vamos a cosechar entre el 25% y 30% de lo esperado y 1 de cada 5, entre un 70% y 80% de lo estimado. ¿Por qué se observan jugadores ejerciendo presión al valor de los arrendamientos? ¿No aprendimos que aparecen jugadores nuevos, presionan y ante algunas campañas complicadas no pagan y dejan el campo? ¿Por qué cuesta generar relaciones duraderas de ganar/ganar con los dueños de los campos? ¿Faltará comunicación? Sin tener en cuenta que un manejo sustentable a largo plazo para mejorar la estructura de los suelos y reducir la degradación, sin dudas requiere de plazos, de continuidad de un esquema, de rotación, de fertilización. De sembrar cultivos de servicio para la próxima campaña. Si en mayo están cerrando arrendamientos ¿Cuándo hacemos los cultivos de servicio?

¿Será que hay muchos pesos en el mercado y nuevos actores entran asumiendo un riesgo mayor en una de las pocas actividades que va atada al tipo de cambio oficial?

Si es así, las únicas dos discusiones que hay con los dueños de los campos es el tipo de cambio para valorizar los granos y el precio de los contratos. Son bretes al que nos mete el gobierno. O sea, el que no permite la sustentabilidad a largo plazo es el mismo gobierno que debería bregar por cuidar los recursos.

Precios: estrategias de cobertura

Ante este panorama financiero y político, lo que nos queda de esperanza es que se mantengan los precios de los granos y que se cumpla el pronóstico climático del Niño.

Los precios de los granos pueden ser volátiles, pero nuestra capacidad para controlar parcialmente nuestra exposición a este riesgo no lo es. Existen estrategias de cobertura. Por eso alentamos a no solo enfocarnos en el financiamiento necesario, sino también en establecer precios objetivos que protejan nuestras necesidades financieras.

El trigo en la cosecha pasada lo vendimos a U$S340; hoy está en U$S240 y viene cotizando a diciembre 23 entre U$S220 y U$S235.

En la encrucijada entre la política, la economía y la agricultura, es nuestra responsabilidad adoptar un enfoque proactivo. La meta de simplemente llegar a culminar una campaña es insuficiente; debemos aspirar a agregar valor de manera sustentable en el presente y en el futuro.

La planificación financiera se convierte en nuestro faro guiándonos
a través de las turbulencias económicas y climáticas.

La planificación financiera se convierte en nuestro faro guiándonos a través de las turbulencias económicas y climáticas. La relación con los dueños de los campos y las estrategias de cobertura las vemos como fundamentales para esta campaña. Mientras avanzamos este año, recordemos que la planificación es nuestra herramienta más poderosa en un mundo de constante incertidumbre.

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