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La llegada de las baterías de alto voltaje representa un salto cualitativo en la autonomía energética, permitiendo no solo superar las limitaciones diurnas de la energía solar, sino también viabilizar inversiones. Con un ROI atractivo y una proyección de rentabilidad a largo plazo, esta tecnología, se posiciona como una solución.
La implementación de energías renovables, en sectores industriales y productivos, era desde hace unos cuantos años una necesidad, un camino que se iba a dar indefectiblemente y que en lo que han sido el último año y medio encontró posibilidad de concretarse. Se conjugaron situaciones, tarifa, estabilidad cambiaria, créditos, aperturas de importaciones y por sobre todo la quita de trabas administrativas y legales que en Entre Ríos, tenían un impacto determinante.
Así, rápidamente desde comienzos de 2024, se comenzó a ver cada vez más proyectos en este sentido. La elección fue principalmente, por características de nuestra zona, la implementación de energía solar fotovoltaica. La disponibilidad de productos (importaciones), la posibilidad de financiación (estabilidad cambiaria) y la quita de trabas burocráticas, hicieron que muchas empresas en semanas pudiesen instalar soluciones fotovoltaicas y revertir cuantiosas facturas en beneficios inmediatos no sólo en el autoconsumo sino también en la venta de excedentes al sistema energético.
Hacia la autonomía energética
Pero un problema continuaba persistente y que radicaban en la naturaleza propia de este tipo de energía, la disponibilidad es netamente diurna y con diferente impacto según la estación en la que nos encontremos. A suplir este punto es a donde llegan los Sistemas de Almacenamiento de Energía de alto voltaje o BESS por su nombre en inglés “Battery Energy Storage Systems”, que permiten maximizar el aprovechamiento instalaciones de energía solar y reducir la dependencia de la red.

Green Garden, empresa radicada en la localidad de Gualeguay y que trabaja en el sector de energía renovable desde hace 12 años, es la primera empresa de este sector en importar e instalar este tipo de soluciones. Al respecto Gustavo Ciancio, director de la firma, comentó respecto de los beneficios que aporta esta tecnología, “Había sectores que por su dinámica productiva no llegaban a sacarle el mejor provecho a los sistemas fotovoltaicos, por necesidad nocturna de energía y poder ofrecerles este producto radica en una solución”. Al almacenar el excedente de energía solar generada durante las horas pico de producción diurna, las baterías, permiten liberarlo durante la noche o en momentos de alta demanda, se alivia la carga sobre la infraestructura eléctrica convencional.
El primer impacto de esta tecnología es, respecto de la disponibilidad de la energía por fuera del horario diurno, pero en el contexto de nuestra provincia, esta tecnología, también se vuelve en un factor que da viabilidad a determinadas inversiones. La disponibilidad energética en Entre Ríos es endeble. Muchas inversiones dependen de poder hacer llegar la energía hasta el lugar que se quiere implantar la inversión y termina en situaciones donde las empresas de servicio público, delegan en su cliente la responsabilidad de cambios de cables, transformadores, entre otras cosas. “Estamos trabajando en la implementación de un sistema autónomo, con baterías de este tipo que van a permitir a un frigorífico avícola instalar ocho galpones de pollos en un lugar donde la inversión no era viable ya que se requería el recambio de casi 40 kilómetros de tendido eléctrico”, sostiene Ciancio.
Un futuro rentable
Factores diversos han construido en hacer mucho más accesibles esta tecnología. En lo particular de nuestro país, estos productos sufrieron una baja de derechos de importación pasando del 36% al 24% y en lo que refiere al contexto global un impacto significativo de la reducción de costos de flete, entendiendo que no pueden ser cargados en cualquier barco y en cualquier contenedor, por tratarse de cargas peligrosas.

Entonces, ¿Cuan rentable es la instalación de estos sistemas de baterías de alto voltaje?, la primera definición que comentan desde la empresa es que la compra de estos sistemas permite fijar el precio de la energía, más allá de vaivenes económicos.
Por ejemplo, un sistema de baterías de 168 kWh implica una inversión estimada de USD 65.000. Basados en un horizonte de 20 años y considerando un consumo mensual base de 5.000 kWh. Teniendo por supuestos, una tarifa base de energía de USD 0,18/kWh, un incremento anual de la tarifa del 20%, una energía diaria desplazable de 189 kWh, con una eficiencia del sistema del 90%, una degradación anual de la capacidad del BESS del 2%. Considerando también la energía anual proyectada ya tiene en cuenta la degradación del BESS y el aumento tarifario, y la cobertura indica el porcentaje del consumo mensual promedio cubierto por el BESS.
La rentabilidad del sistema se manifiesta a través de los ahorros
anuales generados por el reemplazo del consumo de energía de la red.
La rentabilidad del sistema se manifiesta a través de los ahorros anuales generados por el reemplazo del consumo de energía de la red. Estamos hablando que, a valores actuales, el consumidor que puede instalar una instalación, consume 5.000 kWh como esta hoy está afrontando una factura de la empresa distribuidora de aproximadamente $5.000.000.
En lo que respecta al recuperación de la Inversión (ROI), la inversión inicial se recupera entre el año 4 y el año 5. Al final del año 4, el flujo acumulado es de -USD 7.051, con ahorros anuales de USD 18.176 y al final del año 5, el sistema ya muestra una rentabilidad positiva, con un flujo acumulado de USD 14.324 y ahorros anuales de USD 21.375.