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¿Dónde estamos?

M.O

Por Martin Oleinizak

Desde el “no hay plata”, pasando por la recuperación del segundo semestre, o la reactivación en “V” en “L” o en “W”, a “lo peor ya pasó” y hasta las diferentes realidades sectoriales o de cada economía regional. Un análisis profundo de dónde estamos parado en materia productiva y económica en Entre Ríos… y el país.

Nadie dijo que 2024 iba a ser un año fácil. Era ridículo siquiera pensarlo.

Ahora, ¿se están tomando las medidas para recuperar un país que estaba quebrado y cuyo único destino era el hundimiento en la pobreza?

Hay tantas respuestas a esa pregunta como argentinos. La cantidad de opinadores economistas es la misma que “directores técnicos” de fútbol en nuestro país.

Y los números mandan. El tema sería los números de quién.

Indicadores nacionales

La actividad industrial continúa en terreno negativo por el efecto de la recesión que impacta en una menor demanda y aumento de costos, lo que se evidenció en un nuevo retroceso en mayo, según precisó la Unión Industrial Argentina (UIA). De acuerdo al habitual relevamiento que elabora el Centro de Estudios de la UIA reflejó que la actividad industrial registró una caída anual del 14,3% y mensual 0,6% sin estacionalidad en mayo. De esta manera, el sector arrastra doce meses consecutivos de retroceso interanual y en lo que va del año acumula un declive del 12,8% frente al mismo periodo del 2023.

El desempeño industrial del mes se vio influido por el menor nivel de demanda y aumento de costos en algunos sectores y anticiparon desde la UIA que los datos adelantados de junio reflejan que la caída interanual persiste y en la serie mensual también podría observarse una nueva disminución.

Las bajas más pronunciadas fueron en el sector Automotor (-40,2% interanual), despachos de Cemento (-32,8% interanual), y Patentamientos de maquinaria agrícola (-36,6% interanual). Por otro lado, la Demanda de energía eléctrica de Grandes Usuarios Industriales también continuó cayendo (-13,3% interanual).

Al acentuar este diagnóstico, el informe también aporta otro indicador preocupante vinculado a las fuentes de trabajo en el sector, indicando que, en junio, el empleo asalariado registrado en la industria aceleró su caída. En ese sentido, se perdieron 5.074 puestos en el mes y ya se acumula una baja de 21.285 respecto de agosto de 2023”. De igual manera hay que destacar que el mes de junio tuvo menos cantidad de días hábiles, lo que también influye en los números finales.

Las mayores caídas se dieron nuevamente en Minerales no metálicos (-28,8% interanual), y en el sector Automotor (-27,9%), donde la baja fue impulsada por un menor nivel de ventas tanto al mercado interno (-36,2%) como de exportaciones (-24,1%). A su vez, cayó la producción de Metales básicos (-19,5%), afectado por la baja de acero (-29,4%), mientras que la producción de aluminio creció respecto a mayo del año pasado (+3,5%). También cayó Metalmecánica (-17,6%), acumulando doce meses de baja consecutiva, con caída en todos los rubros del sector.

Por su parte, el informe de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) refleja una baja de las ventas en un 26,6% anual en el mes de junio, a precios constantes y acumulan una caída de 21,8% en el primer semestre del año frente al mismo período de 2023.

La gente compra menos cantidades, lo hace muy selectivamente, se remite a los productos necesarios, cambia primeras marcas por segundas y terceras. También aprovecha las ofertas en todo lo posible. La opinión general de los comercios es que se está atravesando una situación crítica, con precios más estables, pero con la situación financieramente muy delicada.

La falta de ventas fue el principal reclamo de la mayoría de los comercios. Casi 7 de cada 10 negocios lo mencionó como su principal problema. Otros dos puntos conflictivos, fueron los altos costos logísticos y los problemas de cobranza, que en la medida que la recesión avanza, se vuelven más acentuados. Hubo mayor estabilidad en los precios al público, pero con otros costos como energía, combustible, alquileres y salarios en alza, lo que complicó la rentabilidad.

Incluso el turismo ha mostrado caída en las últimas vacaciones, durante las cuales viajaron 4,9 millones de personas por el país, 11,9% menos que el año pasado, y gastaron $1,2 billones en las ciudades que integran el circuito turístico nacional. El impacto económico fue 22,2% menos que en 2023 a precios constantes.

Los números de las vacaciones 2024, elaborados por CAME en base a información brindada por entidades de provincias y municipios, reflejan un mes con bajo consumo en actividades. La estadía media bajó de 4,5 días en 2023 a 4,1 este año y el gasto diario en promedio fue de $59.890, que a precios reales (es decir, descontando la inflación) resultó 3% inferior a la temporada pasada.

Indicadores entrerrianos

La información estadística en la provincia de Entre Ríos ha comenzado a armarse lentamente, pero todavía faltan muchísimos sectores sin relevar fehacientemente. Para el presente artículo, utilizamos los datos publicados por la Unión Industrial de Entre Ríos sumando a referentes de algunos sectores.

De acuerdo a los números de la UIER para la primera mitad del año, las actividades productivas de la provincia registran caídas en sus niveles de actividad. La faena de animales (avícola, porcina y bovina), acumularon una caída del nivel de actividad de diversa índole, donde la faena bovina es el rubro de mayor caída acumulada (-18%).

Precisamente, la tendencia de la faena bovina refleja una caída del nivel de actividad en el mes de junio último respecto del mismo mes del año anterior del -26,7%. En el actual semestre, el nivel de faena se contrajo 19,7% respecto al mismo período del año anterior y junio tuvo una faena del 27,7% inferior respecto de su nivel máximo, registrado en marzo 2023.

La tendencia de la faena porcina reflejó en junio una leve caída del nivel de actividad respecto del mismo mes del año anterior del 1,7%. En el semestre completo, la contracción fue del 2% respecto del mismo período del año anterior.

Miguel Hergert, socio gerente de Granalier, confirmó un primer trimestre malo y un segundo con recuperación de la demanda, principalmente por la baja del cerdo en pie. “Eso nos permitió llegar al mercado con oferta y bajas en varios cortes, lo que ayudó al repunte de la demanda. Hoy estamos muy competitivos frente a la carne vacuna”. La contracara es la retracción de lo que recibe el productor en un 20%, aproximadamente.

“La fuerte retracción que tuvimos en el primer semestre la soportamos congelando cortes que esperamos sacar en estos próximos meses, en ningún momento frenamos la actividad ni despedimos personal”. Hergert explicó también que uno de los principales motivos para mejorar la performance de los últimos meses fue la posibilidad de llegar en forma directa al consumidor, “esa ecuación es la que nos ha cambiado la situación y nos brinda una expectativa importante a futuro”.

En lo que respecta a la faena aviar, que representa el 50% del total nacional, la tendencia refleja una caída mínima del nivel de actividad en mayo respecto del mismo mes del año anterior en torno al -0,7%, lo que deja a los primeros cinco meses de 2024 con una leve contracción que no llega al dígito y lo ubica en el -0,9%, respecto al año anterior.

El huevo después de la influenza

La otra parte de la producción avícola es el huevo. Después de un 2023 que estuvo signado principalmente por la aparición de la Influenza Aviar en Argentina y buena parte del mundo, el sector retomó este año en modo “recuperación”.

Es un mercado muy particular que está volviendo a la normalidad. La enfermedad aviar sumada a los problemas económicos de Argentina frenaron todas las inversiones y dejó secuelas en la menor producción que se registró. Sin embargo, el primer semestre ya comenzó a mostrar un mayor dinamismo. Sergio Roth, presidente de Rothex SA en la localidad de Maciá, dijo que “tuvimos un primer semestre muy dinámico y competitivo en el mercado, sin escapar a los ajustes que hemos tenido que hacer en materia de reducción de costos. Varios de nuestros insumos son en dólares y se encarecieron en esa moneda, además del impacto que está teniendo la suba de la energía. El objetivo principal hoy es eficientizar el uso de los recursos. Tuvimos una demanda sostenida, lo que nos permitió seguir trabajando con todo nuestro personal”.

De cara al segundo semestre, tanto el sector en general como la empresa en particular, están analizando nuevamente la posibilidad de retomar inversiones, frenadas con la aparición de la Influenza en Argentina y la situación económica del país. “Sí, vuelve el interés por invertir. Siempre teniendo en cuenta más firmemente el tema de la bioseguridad. Las carpetas están listas, escuchamos claramente el “rumor” de que el país va para adelante, pero esperamos las “noticias” económicas que confirmen ese rumor. Somos muy optimistas, de lo contrario no podríamos ser empresarios y menos en Argentina”, destacó Roth.

Argentina está entre los cinco países que más huevos consume en el mundo, con un total de 340 huevos por persona al año. Y el huevo que no se consume en cáscara, se procesa para la industria. Tecnovo SA es uno de los principales actores del país. Héctor Eberle es el gerente general y explica el incremento de costos que se ha producido en la industria: “La fuerte demanda que estamos viendo en el huevo cáscara por el freno de las inversiones del año pasado, se traduce en suba de precios. Esto hace que nuestra materia prima impacte más en los costos, donde energía, transporte y demás materias primas también traccionan para arriba el precio final nuestro. La combinación de estos factores nos hizo caer un poco la demanda en el mercado interno, pero que compensamos con mayores envíos al exterior”.

Nuevamente la suba de costos se refleja en un sector industrial. Pero esto no deja fuera de vista el mediano plazo, donde la industria avícola tiene buenas perspectivas y Eberle lo destaca señalando que “El país tiene que ordenarse. Se ve una intención del gobierno en normalizar la situación y ojalá se logre. El problema es que el ajuste impacta muy fuerte y la pobreza sigue creciendo. Es una disyuntiva compleja que el tiempo dirá si el camino actual es el correcto. En lo que a nosotros nos toca, estamos listos para avanzar con inversiones si se dan las condiciones. Necesitamos tasas razonables y una senda de estabilidad en el tiempo que genere confianza y seguridad para llevarlas adelante. Tanto los socios como la empresa en general, tenemos muchas ganas de avanzar con nuevos productos, lo que demandará también más personal”.

El aporte del campo, para los otros

El campo entrerriano ha tenido un semestre complejo, con el clima y la “chicharrita” como protagonistas, pero también con precios internacionales que se han desmoronado.

A pesar de eso, estamos en presencia de la mayor producción de granos de la historia de Entre Ríos. En la campaña 2023-2024, en Entre Ríos se produjeron 8,85 millones de toneladas de granos, con excelentes resultados en trigo, maíz y soja… a pesar de todos los inconvenientes mencionados.

Ahora, más volumen no significa más rentabilidad para el productor. Fue todo lo contrario. El mayor volumen significó mayores erogaciones. Los precios deprimidos se encargaron de quitarle la rentabilidad esperada. Y esto lo analizamos en detalle en otra nota, más adelante en esta edición de la revista.

Lo que sí es importante es que todo este gran volumen de producción permite un “derrame” determinante para la economía de Entre Ríos, por todo lo que el sector mueve en forma directa e indirecta.

Lo explica claramente el gerente de la Cooperativa La Ganadera, Fabricio Orsich: “El productor no terminó de la mejor manera el año agrícola. En el bolsillo no le quedará lo que pensaba el año anterior. Hubo muchos gastos extras durante la campaña y, a pesar de la buena producción, le puede quedar muy poco en el bolsillo. No quedó líquido, para nada. Igual va a seguir trabajando, como siempre, pero necesitará mucho de la ayuda de su cooperativa para financiar lo que viene”.

Ya hablando de los resultados de la cooperativa, el funcionario explicó que el primer semestre fue mejor que el 2023 en términos operativos. “Logramos crecer en volúmenes de acopio, sobre todo teniendo en cuenta la sequía del año pasado; y mantuvimos la operatoria del mercado ganadero, igualando los números del año anterior donde hubo condiciones particulares en el rubro. Después, en el rubro de alimentos balanceados vemos una disminución en la demanda por la oferta de forraje que tiene el productor y tanto en el corralón de materiales de construcción como en la ferretería, estamos teniendo una baja en la demanda en la primera mitad del año”

A unos pocos kilómetros de distancia, pero cubriendo otra zona productiva, se encuentra COOPAR.  La Cooperativa Aranguren destaca los buenos rendimientos en soja, maíz de primera y hasta sorgo, con un trigo que fue récord también, pero con precios que no le permiten al productor acomodar su economía. Marcelo Pagliaruzza, gerente de la cooperativa, es claro para determinar la principal necesidad para revertir los números del productor: “Hoy lo que necesitamos es que se bajen o quiten las retenciones. El año pasado fue clarito el impacto en Entre Ríos cuando el campo no produce. Este año se verá todo lo contrario, pero quien logra todo eso es quien menos ganará, y es imprescindible corregirlo urgente. Estamos viendo un contexto muy marcado por solucionar los temas de la macroeconomía, pero es fundamental atender más a la micro, que es donde suceden las cosas”.

Otra de las economías regionales típicas entrerrianas es el arroz. El sector viene de un año de baja producción con una alta demanda en las góndolas por la caída del poder adquisitivo de la gente. Tanto ha sido esto que los precios en el mercado interno son mejores que los internacionales, a pesar de que estos se encontraron en los últimos meses en muy buenos niveles.

Claudio Francou es el presidente de la Cooperativa Arroceros de Villa Elisa y confirma que “desde el año pasado el precio en Argentina ha sido mejor que el internacional. La falta de arroz que tuvimos y la presión del mercado en los contextos actuales del país hizo crecer el precio en las góndolas. Pero ya tenemos una nueva producción, mejor que el año pasado, pero todavía insuficiente. Porque las inundaciones en Brasil mermaron los volúmenes e hicieron que los precios internacionales se sostengan”.

Con este panorama, la Cooperativa estima un crecimiento del área sembrada para el próximo año (que se va a confirmar en agosto y septiembre). “Hemos tenido consultas de productores que quieren volver al cultivo, principalmente por lo que ha sucedido con el maíz y la chicharrita; incluso la propia cooperativa volverá a sembrar unas 600 hectáreas en la zona del Guayquiraró que no estábamos haciendo en años anteriores. Vemos por delante un año con expectativas porque el mercado sigue dando fundamentos para que haya rentabilidad el próximo año”.

En la localidad de San Salvador, Fernando Schmukler es uno de los directivos de Marcos Schmukler SA y confirma el buen momento del sector. “El arroz tiene el precio histórico más alto de los últimos 20 años. Entonces, decirte que el sector está mal no es correcto, pero decirte que lo que vemos para adelante está muy bien, tampoco es correcto. Venimos de bajos volúmenes de arroz con inflación y retraso cambiario que hizo que los precios de góndola suban. Este año se sumó producción y Brasil no pudo producir lo que esperaba, lo que sostiene los buenos precios internacionales. Ahora, estamos viendo cómo en góndola los últimos meses está bajando el precio por falta de demanda y no sabemos si llegamos al piso. Hacia adelante, tenemos que empezar a absorber la subida de costos de combustible, energía e insumos y los números comienzan a ajustarse”

Tampoco en el mercado externo se ve un panorama claro para las empresas argentinas, “la incertidumbre se provoca por la vuelta de la brecha cambiaria que llegó nuevamente al 40%, y eso nos va cambiando la ecuación y los números con los competidores del exterior”.

La expectativa industrial

Como sucede y se refleja en los números nacionales, la industria entrerriana tiene realidades y expectativas diferentes, de acuerdo al rubro de trabajo. Pero la caída se ha seguido acentuando y el nerviosismo crece por sobre las expectativas de que aparezca una recuperación en estos meses siguientes.

Como se refleja en los informes sectoriales que elabora la UIA, las Sustancias y Productos Químicos tienen una caída interanual del 9,7% y un acumulado durante el 2024 del 8,9% negativo. Y entre las bajas más significativas y por sobre el promedio del sector se encuentran las pinturas (-30,2%) y los productos farmacéuticos (-11,5%).

Claudio Bohm es el director de Sorbalok Pinturas, y la empresa refleja claramente los números nacionales y un poco más. “Somos una empresa pequeña, pero vemos claramente una caída de casi el 50% en el primer semestre del año, aunque está pasando una situación bastante particular en estas últimas dos semanas, ya que vemos una pequeña recuperación y en una época que no debería darse ya que estamos fuera de temporada. No sabemos si se mantendrá ni el porqué, pero al menos cambia la tendencia de caída que traíamos”. Una de las explicaciones puede estar dada por la recuperación del salario frente a la disminución de la inflación o ante una caída en los stocks de los comercios, después de las adquisiciones fuertes del año pasado para resguardar el poder de compra.

Lo cierto es que estos pequeños movimientos ascendentes en las ventas tipo serrucho, devuelven las expectativas en los industriales, optimistas por naturaleza, pero no los hace perder de vista la realidad del momento. “No sé si se va a mantener este repunte ni cómo estaremos en diciembre. No sé si alguien en Argentina puede hacer semejante predicción. Y creo que más que un “deseo” de que mejore, es una necesidad de que suceda”.

Por el lado de los medicamentos, la situación entrerriana reafirma los números nacionales. El cambio en las reglas de juego con el nuevo gobierno, el freno de las compras estatales y la caída en el consumo produjeron un sobre stock importante en farmacias y distribuidoras, en productos como los medicamentos que tienen fecha de vencimiento. Ricardo Guimarey, presidente de Laboratorio Lafedar, da cuenta de ello. “Hay una gran retracción en el consumo que nos afecta a nosotros y el resto de los laboratorios. Quedan stocks importantes en las distribuidoras lo que complica el normal desenvolvimiento del mercado. Hoy se está vendiendo por debajo del precio de reposición. A nosotros nos encontró el cambio de reglas de juego en la parte final de las inversiones que venimos realizando en los últimos años y nos complicó muchísimo. Para adelante tenemos grandes expectativas por todo lo que podremos hacer con la finalización de las obras e instalación de equipos que son únicos en Latinoamérica, pero necesitamos las condiciones y herramientas para avanzar”.

Metalmecánica, complejidad en cada sector

De acuerdo al informe de la UIER del primer semestre del año, la actividad metalmecánica reflejó una fuerte caída de su nivel de actividad. El momento de mayor impacto se identifica durante enero, donde la actividad en Entre Ríos se contrajo 14,2% respecto el mismo mes del año anterior. Hasta junio, la actividad se mantuvo en niveles más bajos que 2023, oscilando entre un 9 a 14 %, mientras que a nivel nacional la contracción de la actividad se profundizó 10,9% en dicho período respecto del año anterior.

Al interior del sector, el rubro de Carrocerías, Remolques y Semirremolques fue uno de los que más ha sentido el freno, con un 17,6% de caída interanual y un 16,6% acumulado en este 2024. Por su parte, Bienes de Capital cayó 18,2% en la comparación interanual y un 14,6% acumulado del primer semestre del año.

En el caso de las Carrocerías, Remolques y Semirremolques, el segundo semestre del 2024 produjo un quiebre a la tendencia bajista que traía con la aparición del crédito. Julieta Gross, directora de Gross Remolques explica que “pasamos nuestro peor año en el 2023, cuando solo pudimos trabajar al 40% de la capacidad de producción y las ventas se desplomaron, principalmente por la sequía del campo y la falta de financiación. Logramos sostener la dotación de personal y fue el único año de la última década en el cual la empresa no sumó gente. En el segundo trimestre, con la vuelta del crédito y la baja de las tasas, comenzó a reactivarse la demanda y la actividad. Igual, estamos lejos de los niveles que necesitamos, ya que estamos ocupando el 60% de la capacidad instalada. Vemos que las consultas y posibilidades están, pero cualquier variación en las condiciones de la economía encienden las alertas y demoran las decisiones”.

La demanda de energía eléctrica por parte de la actividad industrial o grandes comercios se contrajo un 9% en el acumulado de los primeros seis meses del año, y en junio último, el consumo de energía fue de un 7,9% menor que el mismo mes del año anterior.

La merma en la actividad industrial por menor uso de la capacidad instalada y los ajustes que han hecho las empresas para racionalizar su uso por los altos incrementos que ha tenido el servicio son los fundamentos de la baja. No son pocas las Pymes y comercios que están averiguando la posibilidad que se abrió en Entre Ríos para la instalación de paneles fotovoltaicos y producir energía solar para auto consumo.

Gustavo Ciancio es el director de Green Garden, una empresa de Gualeguay que se dedica a la instalación de paneles y almacenamiento de energías en baterías de litio y con un fuerte e-commerce en Mercado Libre. Cualquiera diría que el negocio está floreciente en este contexto. “Hoy estamos vendiendo poco y nada. Creemos que se viene un crecimiento importante, pero la realidad es que en las pymes o las empresas grandes no hay plata. Ganas y presupuestos hay muchísimos, pero no hay circulante y no se cierran las operaciones. Si bien los bancos comenzaron con los créditos en abril, recién estamos facturando lo mismo que el año pasado para esta época, con una inflación en el medio del 280%”.

La actividad les había mermado un 60% en el mes de enero y estaban todas las complicaciones de falta de insumos y productos, todos importados, que lentamente va apareciendo y recuperando los valores normales de mercado después de subas desopilantes, como sucedió en toda la industria el año pasado. Las expectativas están firmes y con toda seguridad el sector tendrá una explosión de la demanda por la necesidad de las empresas, pero todavía no se ve cuándo será ese momento. “Lo que puede ayudar para el segundo semestre es la quita del 17% del impuesto PAIS, que sube todos los presupuestos y los hace inaccesibles. Nosotros ya hemos reducido casi todo el margen de ganancias. Hasta acá llegamos poniendo plata, con pérdidas, descapitalizándonos y pensando en que esto va a pasar, pero no hay mucho más margen”.

El impacto por la caída de la construcción

Frenar las obras públicas y ralentizar las obras privadas por el contexto del país no es gratis para las industrias. Entre Ríos tiene una cantidad de empresas que están ligadas directamente a este sector y son las que más han sufrido el primer semestre de 2024.

Carolina Schneider es la directora de Schneider SRL, una de las empresas líderes en el país en la fabricación de Vanitorys y muebles de baño, con una planta industrial recientemente inaugurada en una inversión millonaria. “Estamos en el peor momento de la historia de la empresa. Sabíamos que era necesario pasar por esta situación porque veníamos de un país que no tenía sentido. Para nosotros han sido meses muy duros con una caída del 35% en la demanda y trabajando a pérdida. Para nosotros la gente es lo más importante y hemos tenido que reducir la producción en marzo primero y en los meses siguientes después, pasando solo a tres días de actividad y uno de mantenimiento, porque no se puede seguir consumiendo insumos y fabricando stock cuando no hay ventas. Recién en junio sentimos un leve cambio en la tendencia o por lo menos los clientes comenzaron a atendernos el teléfono. Con ese pequeño cambio –que no sabemos cuánto se puede llegar a sostener- decidimos volver a producir normalmente. Para adelante no tenemos ninguna certeza y será mes a mes, ya que no sabemos si se trata de una recuperación real o a nuestros clientes se les terminó el sobre stock que tenían. De igual manera estamos muy por debajo de la línea de flotación. Solamente esperamos que valga la pena el esfuerzo enorme que estamos haciendo las pymes en este contexto y sirva para la mejora de nuestro país”.

La situación no difiere mucho en Cerrito, sede de una carpintería y fábrica de amoblamientos de cocina RC Stone, una empresa en constante crecimiento. Alejandro Cuestas, su director, explica que “el primer trimestre del año fue difícil, con una caída importante de las ventas, pero a partir de abril, con la baja de tasas y la vuelta del crédito la demanda cambió. Aparecieron nuevamente las obras privadas y vemos una tendencia que puede llegar a sostenerse en los próximos meses. En nuestro rubro es determinante el crédito, sea con cheques o tarjetas. Lo mismo está pasando un poco con los corralones y los arquitectos, porque cuando esos dos sectores comienzan a trabajar, nosotros vemos los pedidos a los tres meses de que eso sucede. Lo otro que ocurrió en estos últimos meses es la baja importante de los insumos. Proveedores que ni nos querían vender, hoy nos llaman con precios un 30% más bajos que a principio de año”.

Y para entender lo que pasa en los corralones, hablamos con Fernando Mendiburo del Centro de la Construcción en Seco y explicó que “No sé si podemos hacer un resumen del primer semestre en general, porque la situación cambia semana a semana. Los primeros meses del año las caídas en ventas superaron el 50% por la paralización de las obras públicas y también privadas. Pero desde abril, con el dólar más quieto, la baja de tasa y la aparición de algunos créditos, apareció el cliente más chico que es el que comienza a mover el mercado. En el “mientras tanto”, y a pesar de que sabíamos que iba a ser un año duro, tuvimos que revisar cada uno de los costos con lupa para reducir lo máximo posible. La suba en los servicios ha sido mucho más grande de lo esperado. Y respecto de lo que viene, no lo sabemos. El crédito y la confianza jugarán un rol determinante. Si logra ser cierto y mejorar el tema hipotecario, podría ser la mejor herramienta para darle un fuerte impulso a toda la construcción”.

Por último, Mariano Borgert, director de Dimarbo. La empresa de Ramírez se ha diversificado y a las viviendas modulares sumó la construcción de galpones aviares y movimiento de suelo, entre otras actividades. Su visión es más amplia y sumamente clara en cuanto a resumir lo que pasa hoy: “casi ninguna actividad productiva tiene rentabilidad hoy en Argentina. El año lo comenzamos con trabajos grandes que traíamos del año anterior, pero hoy no hay decisión y no se vende nada. Todo es pérdida para sostener la estructura que tenemos. Los costos se fueron a las nubes. Llenar el tanque de un camión con combustible tiene que justificarse con lo que vaya a producir. Estamos mirando hasta el último número de funcionamiento. Y aunque baje la tasa de interés, ¿para qué vas a sacar un crédito si no hay ventas? Nos cansamos de pasar presupuestos, pero a la hora de las respuestas la gente todavía no se anima a tomar decisiones importantes. Si comparamos con el año pasado estamos un 50% por debajo, pero no olvidemos que el año pasado fue malo también. Entonces, ¿cuánto más abajo del punto de equilibrio y de la rentabilidad real estamos? Yo no sé si pasó lo peor, pero la recuperación en “V” que tanto se habló no va a suceder. Para adelante es un día a día. No hay ninguna certeza que nos permita pensar un plazo más largo que mañana. Lo que es cierto es que hay que estar muy atento a las decisiones que vayamos a tomar. Hoy vivimos nerviosos y estresados”.

Deseos no es realidad

No existe un solo empresario –del tamaño y rubro que sea- que no piense la segunda mitad del año con optimismo.

El problema es que el optimismo se debe consolidar con medidas que provean certezas. La sanción de la Ley Bases, el blanqueo, la moratoria y las primeras medidas tributarias más un leve atisbo de lo que puede ser una reforma laboral no alcanzan para generar esas certezas.

Se logró frenar la inflación y el costo ha sido alto. Todos sabíamos que tenía que ser así, que no iba a ser gratis. Todos reconocen que el descalabro y desquicio de la economía argentina es tremendamente complejo de solucionar. La macro se ha llevado todas las medidas hasta acá.

Pero la economía real, la que produce riquezas y mueve al país, necesita las condiciones para arrancar. ¿Cuándo se darán? ¿Cómo serán? ¿En qué forma será la recuperación y en cuánto tiempo? Son todas preguntas que todavía no tienen respuestas.

Mientras, las pymes siguen haciendo su parte. Ya perdieron la rentabilidad y se han descapitalizado. La gran mayoría está trabajando a pérdida y aun así han sostenido la planta de personal. El esfuerzo es enorme.

Las pymes, verdaderas constructoras de la argentina, merecen un cambio en serio que premie al que quiere trabajar y progresar, como en cualquier país normal.

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