fbpx

Laurentino López Candiotti - Presidente de La Rosalía

“Solo vamos por la supervivencia, porque hay luz al final del largo túnel que viene”

La Rosalía – Espinillo

Empresa agropecuaria y el único tambo del país habilitado para exportar a la UE y con certificaciones en Bienestar Animal.

Balance 2023
0
Perspectiva 2024
0

Fue el peor año de la lechería argentina de las últimas dos décadas. Fue una conjunción de la sequía, con malos precios con pésima política cambiaria.

Perdimos 15 años de crecimiento vegetativo del rodeo; se liquidó un 30% de capital de trabajo solo de vacas y maquinaria que estaba ociosa, más un 30% de personal.

La supervivencia a futuro es más una expresión de deseo que una realidad. Los números para el año que viene solo tienen “otro espíritu de trabajo”, otras sensaciones, al ver otras posturas económicas más lógicas en cuanto a la apertura de mercados, el tema cambiario y demás. Pero es una expresión de deseo más que nada, porque no venimos con una cantidad de nafta como para aguantar muchas presiones más. Ahora la diferencia es que se ve una luz al final del túnel… pero todavía es largo el túnel.

Estamos dispuestos a hacer una gran parte del esfuerzo, que tendremos que hacer todos los que estamos en pesos. Esto tiene un “impuesto desastre” que lo pagará como siempre la parte productiva, y sobre todo quienes estamos en pesos. En pos de un cambio positivo estamos dispuestos a ir por la supervivencia. Ahora hay que hacer borrón y cuenta nueva, y empezar. No tenemos mucha capacidad de maniobra y esa es la preocupación. Habrá que ver cómo se reacomodan los precios e insumos nuestros. La góndola no tiene mucho más para subir y el consumidor para validar. Entonces, el precio para el productor va a tener que salir de la cadena, achicando cada uno sus márgenes y, principalmente de la industria esta vez –hay que aclarar que la industria no ha sido la mala de la película, al contrario… pero no ha hecho el esfuerzo que han hecho los productores- si quiere la leche, tendrá que pagarla.               

El año que viene será de reacomodo financiero. Hay mucho para pagar y no sabemos cómo lo vamos a pagar. Hay mucha deuda y la reactivación del tambo no es veloz, para nada. El tambo se liquida rápido y se recupera en varios años. También será un año de reacomodo y cambio de sistema. Los granos van en dólares, pero la leche se recuperará en pesos y estará más atada a la reactivación de la economía. Entonces será un año para producir más barato, con menores litros por hectárea y más pastoril, esperando que sea la recuperación del consumo el que lleve los precios en pesos para arriba y podamos volver a producir como antes.

Nuestras únicas expectativas están en pagar las deudas que son muchas y pateadas para el 2024; volver a hacernos de stock de costos bajos, o sea alimentos provenientes de los cultivos de verano… porque no hay que olvidar que venimos de tres años con diferentes niveles de sequía que liquidaron las reservas. Al igual que el gobierno vamos a tener que ser muy austeros y esperar a que la economía nos empuje hacia arriba, porque esto no depende productivamente de nosotros. Para entenderlo mejor: los valores históricos son que un litro de leche es igual a un kilo de soja; y hoy estamos a $160 el litro de leche y a $230 el kilo de soja. Hay casi un 35% para recuperar. Y esa es nuestra brecha cambiaria.

Nosotros llevamos un control muy fino de los costos y por eso fuimos los primeros en decir que se venía un paredón de frente. Y esto afecta directamente a la parte tecnológica del sector. La noticia de estos días es que Alfa Laval, la principal empresa tecnológica para los tambos, se retira de Argentina. Y se va porque se achicó el negocio. Es sencillo, nadie se retira de un mercado con un negocio en crecimiento. Y es un grave indicador de que al potencial argentino no lo están viendo desde afuera. ¿Y si esto es así, no seguiremos siendo “optimistudos”? Es lo que sabemos hacer y siempre esperamos un “golpe de precios”, que está más que sabido que no se dan. Históricamente en años de alta inflación a la lechería le va mal…. y esperamos un 2024 de alta inflación. La brecha cambiaria entre soja y leche va a crecer.

El tambo se recupera genéticamente con tres años buenos. Y para la recuperación del personal se está produciendo una transformación muy grande. Hoy necesitamos más gente que sepa de electrónica que de vacas. Hoy la gente que trabaja directamente con las vacas es el 30% del personal. El resto “controla” las máquinas que trabajan con las vacas, que es otra cosa. Y ese será un salto de calidad donde se puede buscar gente que queda ociosa de otras áreas.

Y en Entre Ríos necesitamos que nos mejoren las condiciones de producción. Esto significa que después de 20 años donde no se vio ni una sola máquina de Vialidad, vuelvan a recuperarse los caminos y la energía rural. No es simplemente la inexistencia, sino la calidad de la energía rural. Los cortes son permanentes y la variabilidad de los voltajes queman equipos constantemente, y sobre todo el suministro. Nosotros si queremos agregar un foco más en el tambo, no podemos. Y ahí es donde entra la acción del gobernador. De dejar de depender de Buenos Aires; que tengamos un puerto seco; que tengamos misiones comerciales directas de Entre Ríos al mundo; que seamos coherentes y eliminemos el impuesto ridículo de ingresos brutos… Eso es mejorar las condiciones de trabajo de la lechería.

Scroll al inicio