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ROSARIO ROMERO

“La peor práctica en los Estados es la discontinuidad”

—¿Cómo hacemos para poner a Paraná de vuelta entre las capitales más importantes del país?

—Bueno, creo que, en gran medida, Paraná ya lo está en ese lugar, porque en la gestión de Adán Bahl se ha avanzado en ese sentido. Es una ciudad capital con mucha historia que tiene un relato vinculado a la institucionalización del país. En ese sentido, creo que tenemos que seguir afianzando la historia de Paraná como capital que contribuyó, a gestar procesos históricos importantísimos. Incluso en la última etapa, tuvo un rol fundamental en la Reforma Constitucional de 2008. La mostró a Paraná en todo su esplendor y en toda su riqueza histórica. Así que creo que Paraná hoy ha evolucionado mucho en orden, en obras y en desarrollo. Y está en condiciones de seguir creciendo justamente por eso, porque tenemos esa base consolidada de más de 200 obras, muchas de ellas podríamos llamarlas obras troncales, que se tienen que proyectar hacia otras obras troncales que se necesitan.  El orden básico fue trazado en la gestión de Bahl. La fortaleza futura está en el desarrollo de la ciudad. Y cuando hablo de desarrollo, no solamente hablo desde una matriz productiva con más puestos en el parque industrial o con las industrias del conocimiento, sino también pienso en un desarrollo humano, que en muchos barrios relevo como necesario. Para eso   necesitamos algunas líneas de gestión, que van a ser importantes para consolidar y para tender una mano al que está más abajo.

—- ¿Qué cambió Paraná hoy, en 2023, de cuando terminaron la gestión junto a José Carlos Halle, años atrás (2007-2011)?

—Bueno, hoy la ciudad ha crecido. Ha incorporado mucho más trabajo privado. Las líneas de la gestión cultural han sido importantísimas y el estar pensando en un Distrito del Conocimiento o en un parque fotovoltaico, marca una evolución para instalarse en el siglo XXI. Hoy no estamos pensando en un municipio con las tradicionales funciones. Recuerden que hasta Perón hablaba del “ABL” cuando les decía a los intendentes que de eso era de lo que se tenían que ocupar. Hace ya tiempo que la gente pide otra cosa a los municipios. Les pide gestión ambiental; les pide gestión de residuos; pide gestión cultural, entre otras tantas cosas. Lo estratégico hoy es una necesidad, ya no se puede planificar solo a corto plazo en ningún gobierno, ni en local, ni en provincial, ni en nacional.

—Hablando de economía del conocimiento y la transformación que produce; se suma la inteligencia artificial que va a cambiar absolutamente todo, ¿qué sabe sobre inteligencia artificial y cómo puede impactar dentro de una gestión?

—En el municipio de Paraná se viene aplicando un proceso de modernización importantísimo. No solamente con el Chatbot, sino además en la página web municipal donde se pueden gestionar varios trámites sin moverse de la casa. Eso es una evolución importantísima que da cuenta de un municipio que se va apropiando de procesos de modernización y de nuevas conexiones. El siglo XXI, pero más post-pandemia, ha hecho que los Estados no retrocedamos en la incorporación de tecnología. Pongo ejemplos que pueden ser esclarecedores y que me han tocado protagonizar: los procesos de digitalización y los procesos de habilitaciones comerciales en la municipalidad. Lo pendiente es todo lo vinculado a planos. Eso tiene que formar parte del municipio que viene, es decir, un municipio totalmente digital. Que se puedan hacer prácticamente todos los trámites, excepto algunas cosas que son estrictas de la presencialidad, como un examen práctico para el carnet de conducir que sí o sí requiere la presencia, pero no así el teórico, que también se puede tomar de forma virtual. En la provincia nosotros hemos digitalizado los registros de la propiedad. Antes para adquirir una vivienda necesitábamos que el escribano haga todo un trámite con formato papel, incluso hasta saber si hay o no un embargo. Hoy estamos con registros digitalizados por completo. En el que los informes previos a la comercialización de un inmueble, concomitantes y posteriores… todo puede hacerse sin que se mueva el profesional de su casa. La administración pública tiene que ir en esos procesos de modernización, en los cuales obviamente la inteligencia artificial está contenida, no excluida. Y también puede servir para gestionar más y mejor, valiéndonos siempre de la capacitación permanente hacia los actores permanentes de la administración y los actores políticos que se renuevan cada cuatro u ocho años.

—Es un salto muy grande, pero necesario... ¿Cómo se logra llegar a ciudades inteligentes? Porque son necesarios ciudadanos inteligentes en ese camino.

—Sobre todo, esta parte de capacitación. Poner estas nuevas tecnologías dentro de instituciones bastante pesadas para moverse. Con capacitación, con educación; la educación formal de las escuelas y la educación no formal que podemos dar con cursos. Otro ejemplo, la municipalidad de Paraná actualmente tiene un punto digital que está en calle Echagüe sobre las Cinco Esquinas. Allí, cualquier ciudadano que no sabe cómo manejarse con el Chatbot o con el 147 o con la página de la municipalidad para hacer trámite a distancia, tiene personal municipal que lo asiste. Esos puntos digitales, en mi concepción, hay que multiplicarlos en la ciudad. Es decir, tendríamos que tener varios puntos digitales justamente para asesorar al ciudadano para que se amigue con la tecnología. Y yo creo que ahí también hay que ir pensando en segmentar. Una cosa es el nativo digital y otra cosa somos quienes hemos nacido con posterioridad. Yo creo que el que más asistencia va a requerir siempre son las generaciones que no son nativos digitales.

—¿Y el desarrollo de la ciudad?

—Como te dije, el desarrollo es industrial, desarrollo de industrias no tradicionales, desarrollo humano y desarrollo social. Y esto no recuerdo haberlo escuchado en otros candidatos, el tema de un Banco de Tierras. En Paraná se nos ha ido mucha gente. Se nos van a Colonia Avellaneda, a Colonia Ensayo, a Oro Verde o a San Benito. ¿Por qué? Porque es muy difícil para una familia consolidar un derecho elemental de la vivienda en Paraná. Tenemos 20.000 inscriptos en el IAPV. Nuestros gobiernos han hecho viviendas. Acabamos de inaugurar 500 pero no son insuficientes. Entonces tenemos que ir pensando en un Banco de Tierras y pensando en la recuperación de los terrenos del Ejército para el desarrollo urbano y ambiental, y que sea razonable hacia el sur de la ciudad. Eso es una mirada diferente de cómo debe crecer la ciudad y creo que eso lo tenemos que consolidar. Y no creo que ningún gobernante tenga que inventar cosas. Hay que valerse de las cosas ya escritas y ya dichas. Para ese desarrollo urbano ambiental ya hay un Plan Maestro que desarrollaron otras gestiones. Pienso valerme de esas cosas porque tengo la convicción de que uno no tiene que tener pretensiones fundacionales de algún Estado. Si queremos hacer cosas en cuatro años, las gestiones agotan su vigencia muy pronto.

—Paraná siempre se ha caracterizado por ser una ciudad administrativa. ¿Es necesario cambiar esa matriz?

—Hay que cambiarla. Lo logramos con la ampliación del parque industrial, con generar alternativas para que tengamos más ventajas para que vengan más inversiones. Una, por ejemplo, puede ser el parque fotovoltaico con energía limpia, que mejore la calidad de competencia de los productos que se fabrican en el parque industrial, no solamente para la Argentina, sino para el mundo, y que abarate los costos. Y esa es solo una de las formas. La otra es pensar en las industrias no tradicionales, como se ha pensado en la actual gestión de Bahl con el Distrito del Conocimiento. Ahí nos hemos asociado con la municipalidad. La Provincia ha cedido terrenos que rodean al Túnel Subfluvial, lo hizo en comodato por muchos años a la municipalidad, para que allí esté el enclave del conocimiento. Pero tenemos el propósito -y eso espero que lo podamos concretar próximamente- de mandar una Ley para transferir definitivamente esos terrenos al municipio. ¿Para qué? Para que quienes inviertan en industrias del polo del conocimiento, tengan certezas de futuro. Hay desarrolladores hasta de videojuegos que hoy venden al mundo. Y hay mucha, mucha capacidad. ¿Por qué? Porque tenemos las universidades que generan ese conocimiento específico. Es decir, el emprendedor o el empresario privado, la universidad, el Estado municipal y el Estado provincial. Yo creo que esas alianzas hay que tejerlas como políticas de Estado. Así como se tejió en materia de turismo el EMPATUR o todos los entes participativos del sector turístico, para las industrias del conocimiento también hay que desarrollar Entes fuertes para que las políticas no se discontinúen. La peor práctica en los Estados es la discontinuidad. Hoy no puedo ingresar al municipio y quiera hacer mi logo, mi marca; negar lo que otros hayan hecho. Lo mejor en el Estado es lograr continuidad en las buenas políticas; y las cosas buenas, sí o sí, hay que continuarlas.

—¿Y qué pasa con las inversiones? Con los inversores propios de Paraná... porque muchos se han ido a invertir a Santa Fe por todas las trabas que han tenido. Ha habido una cantidad de “paraNó”, que llegaron a decir hasta que las empresas de la economía del conocimiento contaminaban, cuando se quiso construir el Polo en el Parque Nuevo. ¿Cómo hacemos para dar un norte y certezas a quienes quieren invertir a Paraná?

—Yo creo que se ha logrado la estabilidad en esa decisión. En el actual Consejo Deliberante, que tiene diversas miradas, estas cuestiones hoy han logrado acuerdos; y esos acuerdos me parecen importantes. No se gobierna para un grupo, se gobierna para el total. El haber ampliado el parque industrial y el haber hecho infraestructura, le da una solidez a eso. Difícilmente imagino que alguien lo pueda negar, que alguien pueda negar la importancia de un parque fotovoltaico. Pero son políticas que se han consolidado sin oposición. Entonces, confío en que van a ser políticas de continuidad. Desde luego, yo he hecho eje en la continuidad. Que no es continuidad estática, ni es continuidad acrítica; es una continuidad en la cual decimos “esta es la base” y tenemos que buscar sumar más cosas. 

¿En qué pensás distinto al resto de la gente?

 

Quizá en que permanentemente tengo lo humano ligado a la gestión de una ciudad o de una provincia. Por eso en la provincia desarrollamos una ley de narcomenudeo con recuperación de bienes al Ministerio de Salud, al Ministerio de Desarrollo Social o a la Policía. Desarrollamos el juicio por jurado porque estamos abriendo las puertas de la justicia a la población. Yo creo que ese es un modo de democratizar el Poder Judicial. Y lo vamos a valorar con más esplendor en el futuro, porque recién llevamos 60 juicios hechos. Cuando tengamos 600 juicios vamos a ver una Entre Ríos en la cual los ciudadanos y ciudadanas fueron creciendo con un sistema de mucha participación, en algo tan importante como impartir penas en los delitos más graves. Es decir, siempre tengo lo humano presente en la gestión estatal.

Y en esto que vos decís de los “paraNó”, yo lo he pensado muchas veces. Nos quedan muchas cosas para definir con acuerdos en nuestra sociedad. Por ejemplo, el vertedero o mal llamado “volcadero”; ahí necesitamos un acuerdo sólido, no solamente entre las distintas fuerzas políticas, sino sectores que miran el ambiente, para lograr ampliar el tratamiento de residuos en la ciudad, para lograr una solución definitiva al tratamiento de los residuos sólidos que no pueden ser recuperados. En esas soluciones sí o sí tenemos que estar involucrados los parana Hoy hemos dado un paso, que se ha dado ya en gestiones anteriores. Hay una planta que trata una parte del residuo. Pero falta. Falta muchísimo, porque todavía tenemos humo del volcadero. Todos coincidimos que hay que tratar más volumen de residuos, que hay que ir por una separación domiciliaria en toda la ciudad, que no tiene que ser solamente dentro de bulevares. Y bueno, todos estos grandes temas requieren acuerdos. Que no solamente son de los agrupamientos políticos, sino que son de los distintos sectores de la sociedad, expresiones de asambleas ciudadanas, de comunidades vecinales, de las universidades, de las ONG. Probablemente nunca se llegue al 100% de los acuerdos, pero deberá ser entre las mayorías, y las minorías tendrán que respetar, sin dejar de ser oídas; pero respetar las decisiones de la mayoría.

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