Basílica de Guadalupe
Nació para reemplazar una antigua capilla del siglo XVIII en cercanías de la laguna Setúbal, de Santa Fe. La piedra fundamental se colocó en 1904 y se inauguró en 1910, para el Centenario de la Revolución de Mayo. Es una obra del arquitecto Juan Bautista Arnaldi, el proyectista de la Catedral de Paraná.
Con un estilo neogótico, rescatando elementos del gótico medieval, aquella arquitectura que busca elevarse hacia el cielo. En 1932 tuvo una serie de reformas con embellecimiento del camarín, que había sufrido un incendio años anteriores. Luego en 1970 se cerraron las galerías exteriores que se incorporaron así al interior del tempo, para ampliar su capacidad.
La última restauración, ya en este siglo, llevó 12 años, por eso llama la atención que se haya podido construir en sólo 6 años.
Los vitrales de la parte superior de la nave, sin figuras, son de 1910. Los que tienen figuras en el camarín son de 1950 y los últimos incorporados son los vitrales del frente, en galerías y sacristía que se colocaron en la última restauración.
Otro de los detalles que destacan la jerarquía de esta iglesia, son los trabajos en carpintería en la puerta principal y en el altar. Los símbolos en madera reseñan los escudos del Vaticano e imágenes de ángeles y de la virgen. Además, las antiguas campanas, de origen alemán, se exponen en la parte exterior del predio, ya que se rajaron y fueron sustituidas por elementos nuevos.