Gerardo Mizawak (h), Gerente Comercial de Pisos Mizawak
Pisos Mizawak es una fábrica de pisos compactos con liderazgo nacional y expansión en Latinoamérica.
Para nosotros el año fue bastante bueno. Logramos ganar mercados en distintos puntos de la Argentina en base a producto, cumplimientos en las entregas y precios competitivos. Además, estamos ingresando en distintos países extranjeros para concretar exportaciones en el corto plazo. Éstos nuevos destinos no son sólo en la región, sino en otros puntos del planeta.
Un desafío pendiente para la empresa sigue siendo la colocación de nuestros pisos en obras públicas de Paraná y de Entre Ríos. Para nosotros es muy llamativo que seamos proveedores en todas las provincias menos en la nuestra. A esta altura, ya creemos que ni al gobernador Gustavo Bordet, ni al intendente de Paraná, Adán Bahl les interesa el desarrollo de empresas locales. Pese a lo que dicen en sus discursos, a nosotros no nos atienden por lo que ni siquiera podemos plantear lo que demandamos: la posibilidad de participar como proveedores en iguales condiciones que el resto. Nos gustaría que se sienten a escuchar y que se deje de direccionar compras a empresas de otras provincias.
Nuestros pisos están presentes en Tierra del Fuego, Mendoza y Buenos Aires. Vimos un incremento en los niveles de ejecución de obra pública, y por esto creció la demanda de nuestros productos.
Como ya lo hemos dicho muchas veces con mi padre, el empresario Pyme en la Argentina es emprendedor por naturaleza. Si bien cada vez cuesta más y se hace más cuesta arriba, sino seguimos con estas ganas, directamente tendríamos que cerrar. Acá no hay lugar para tibiezas. Tenemos una filosofía emprendedora y eso implica fortalecer las inversiones en tecnologías y automatización para la planta. Hemos crecido en personal y exponencialmente en producción. Uno de los hitos del año fue la puesta en funcionamiento de una nueva línea de pulido que habíamos adquirido antes de la pandemia.
En cuanto a personal vemos un problema de larga data: muchas personas con necesidad de trabajo se presentan a las búsquedas, están un tiempo en la empresa, pero ante la primera oportunidad de garantizarse otro ingreso que implique menos esfuerzo, se van. Nosotros, como política de la empresa, no despedimos gente. Invertimos en capacitarlos y valoramos aquellos que se sienten parte de la empresa, pero tenemos una alta rotación en las nuevas incorporaciones.
Las cuestiones que preocupan a corto plazo son el tipo de cambio, la inflación desmedida y el clima social. Este año, nuestros empleados van a ganar un 105% más que el año anterior y pese a esto, no les alcanza para estar tranquilos. Eso no es bueno. Preocupa que los proveedores, la logística, transporte y embalaje aumentaron un 180% anual y esos mayores costos no se pueden pasar a precios porque quedamos fuera de competencia. La fórmula es ser más eficiente para no resignar rentabilidad.
Por lo general, los años electorales anteriores son buenos y esperamos que el 2023 no sea la excepción.