Agustín Arias – Gerente de Argeniss
Argeniss es una empresa dedicada al desarrollo e investigación en software de clase mundial.
El 2022 fue el año en el que finalmente salimos de la inercia de la pandemia. Algunos chicos y chicas recién pudieron trabajar en forma presencial por primera vez y hubo que adaptarse a este proceso.
El sector del software está atravesando un momento muy particular ante los masivos despidos de las principales empresas a nivel mundial. La suba de tasas en Estados Unidos y la caída de las criptomonedas afectaron a todas las inversiones de riesgo, que son muchas veces las que movilizan nuestros servicios. Por esto estamos muy expectantes de lo que suceda en los primeros meses del 2023.
Tanto la pandemia como la guerra impactaron mucho en los servicios digitales, porque hay cientos de empresas ubicadas en Rusia y Bielorrusia. Somos una industria muy elástica, donde si los proyectos van mal se cierran. Pese a este panorama, la demanda a la empresa estuvo fuerte, nos consolidamos como marca y nos siguen llegando propuestas de trabajo. Eso sí, el mercado local sintió el impacto y algunas empresas bajaron persianas. Igualmente, somos un sector privilegiado porque, pese a los vaivenes de la economía, la demanda tecnológica sigue alta. Intentamos no detenernos tanto en el contexto, sino concentrarnos en la potencialidad de la empresa.
En lo interno, se trabajó duro en reacomodarnos a la post pandemia y también en pensar en el bienestar integral del personal. Tenemos una psicóloga trabajando de manera permanente, con requerimientos emocionales internos, lo que nos da muy buenos resultados. Actualmente, tenemos 100 empleados, con un crecimiento del 20% en este año y una rotación bastante baja. El 90% se ubica en Paraná o Santa Fe y el resto en distintos puntos del país: Córdoba, Chascomús, etc.
Algo que nos pone contentos es que en 2023 se va a realizar el Mundial de Programación y dos de los tres representantes de Sudamérica van a ser de nuestra empresa. Son jóvenes con muchas habilidades blandas y nos pone contentos que elijan trabajar para nosotros.
Para el año que viene estaremos atentos a distintas variables internacionales como la guerra Rusia – Ucrania, y como se muevan los mercados internacionales y la Reserva Federal de los Estados Unidos que impacta directamente en las inversiones.
A nivel local, pese a las distintas posiciones políticas, hay cierto consenso sobre los beneficios de las empresas de conocimiento y se vienen tomando medidas que favorecen al sector, gobierne quien gobierne. Obvio que el clima político y económico impacta, pero no tanto como a otros. Por ejemplo, las restricciones a las importaciones no nos pegan tanto, porque las computadoras que se fabrican en el país son óptimas para trabajar y se consiguen a un buen precio en dólares. Si bien no hay toda la variedad que uno quisiera, no nos podemos quejar de eso.
Somos muy positivos para el año que viene, porque el sector sigue creciendo. El contexto mundial complejo genera algo de incertidumbre y las elecciones a nivel local seguro suman algo de ruido, por eso quizás no sea un año tan bueno como este que pasó.