Mariano Borgert, Director de Dimarbo
Dimarbo, General Ramírez – Fábrica de viviendas industrializadas, naves avícolas y filtros sanitarios.
BALANCE 2024
PERSPECTIVAS 2025
El resumen de nuestro año: bien, pero estresante. El mercado estuvo signado por un cambio de juego profundo y marcado por la especulación y cautela de los clientes. Los presupuestos estaban, pero no se tomaban decisiones. Teníamos ventas comprometidas que se frenaron esperando ver en dónde se estabilizaban los precios de insumos que fueron a la baja.
La empresa ha mantenido una transformación importante, orientándose al rubro avícola en un 70%, dejando atrás parcialmente su foco en la construcción de viviendas industrializadas. Este cambio ha implicado tecnificación y adaptación constante para responder a las exigencias que tiene este sector. Estamos realizando inversiones significativas, la incorporación de robots y conformadoras, y el establecimiento de un centro logístico. En definitiva, bajar costos para competir. Lamentablemente nos acostumbramos a dar volantazos constantes para no decaer y todo eso lleva un estrés extra.
Si mirás el sector metalúrgico hay industrias que están trabajando bien y otras que están despidiendo personal y hasta cerrando. No se entiende bien cuál es el panorama real. Mi sensación es que va en cada empresa y cómo se adapta y reconvierte. Hoy nosotros tenemos trabajo para toda la primera mitad de 2025.
Y para poder competir en serio en este nuevo escenario que se está planteando es determinante la baja de la carga impositiva, pero no solo la nacional, sino también la provincial y municipal. Influye demasiado en el costo final del precio del producto. Está perfecto la liberación de las importaciones, pero tenemos que tener las mismas condiciones para jugar. Con la carga impositiva más alta de la región es imposible competir. ¿Cuánto cuesta un empleado hoy? Y no digo lo que se lleva al bolsillo, porque lo que le queda al empleado es muy bajo. El tema es lo que se lleva el Estado del trabajo de esa persona. Hay muchísimo por hacer para poder competir con el exterior.
En la incorporación de tecnología, hoy hemos empezado a usar algo de inteligencia artificial en la parte de procesos e ingeniería.
En el 2025, esperamos un escenario duro y turbulento, aunque con un leve repunte. Hay un grave problema que es la gente que no quiere trabajar y, además, le cuesta comprometerse en lo que hace. Las preocupaciones principales giran en torno a la carga impositiva y la competencia con productos importados en un contexto de apertura de mercado. La clave será mantenernos competitivos, reducir costos y continuar invirtiendo estratégicamente.
Confiamos en que nuestras decisiones permitirán sostener un nivel de actividad que nos permita tener asegurado un año de trabajo por delante. Es fundamental no llegar al “día a día” porque eso nos vuelve loco y no podés hacer una proyección.
En este contexto, avanzamos en esta transición y confiamos en que nuestra capacidad de adaptarnos será crucial para navegar el nuevo panorama económico. Entre esos nuevos desafíos, entender el cambio del manejo de stocks de materia prima, que baja cada semana y la podés tener disponible en cualquier momento, cuando antes era un “bien de ahorro” para la empresa.
Argentina con hasta un 25% de inflación ha funcionado siempre, el tema es cuando se disparó más. Inflación cero es tranquilidad absoluta, que lo que se vende ya tiene determinada la ganancia de la empresa y no va a cambiar por factores externos. Por eso, el año que viene tener dólares en el bolsillo o materia prima stockeada no será negocio. ¿Entonces cuál es el recurso donde nos tendremos que resguardar? Ese es el desafío del año que viene.