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“Además del contexto, preocupa la suba de impuestos provinciales”

Germán Jorge, presidente de Dimaco SA

Dimaco SA es distribuidora mayorista de materiales para la construcción en varias provincias del centro y norte del país.

Hemos tenido un año bueno con algo de crecimiento, pero sufrimos un freno muy marcado en los últimos meses. Hubo un antes y después a la salida del ministro Guzmán y al desmadre de las cuentas macroeconómicas. Si bien ya había problemas, pasamos de una inflación de 4 a 7% mensual y de un dólar blue de 200 a 300 pesos. Esto genera que la canasta básica de alimentos suba por encima de la inflación y con el atraso de los sueldos a la gente no le alcanza el dinero. Esto impacta directamente en los corralones de la construcción.

La disparada del dólar blue generó una retracción en las inversiones en ladrillos, porque este tipo de activo sube por escalones, entonces cuando pega el primer salto, muchas personas se frenan esperando el siguiente. Pero bueno, este freno se pudo compensar con un poco más de movimiento en la obra pública, pese a que Entre Ríos desaprovechó una chance en viviendas, un rubro que otras provincias pudieron ejecutar en buena cantidad y aquí no.

No podemos desconocer que la economía funciona en base a confianza y cuando se rompieron las variables y comenzaron todos los ruidos políticos, con salidas de ministros de economía, se frenaron inversiones. Si a esto le sumas la falta de divisas del Banco Central y el problema con las importaciones, se ve un escenario muy preocupante: frenos en la producción y menor actividad. Por primera vez en largo tiempo, este mes vimos una caída en la cantidad de empleos registrados de la construcción.

Por todo esto, el 2023 será un año difícil porque se hereda esta inercia. Si bien es un año electoral y esto quizás implica que se invente algún parche para solucionar otros problemas, o haya buen nivel de obra pública, no veo grandes expectativas de una mejora real de la economía.

Pese a estos, la empresa se está posicionando fuerte como proveedores de acero, con un nuevo predio en el Acceso Norte de Paraná. Pero esto tiene que ver más con el optimismo propio de los empresarios, de querer ir para adelante pese a lo que la realidad marca. Lamentablemente como están las variables no sé si el mejor negocio es invertir en infraestructura, aunque entendemos que existen ciclos y en los malos uno se debe posicionar para esperar el rebote. Hay inversiones, pero son un desánimo. En otro contexto las perspectivas serían otras. Un ejemplo es que hoy los bancos ofrecen créditos al 55% anual, eso es una tasa negativa, pero como empresario tenemos que saber si va a haber demanda para vender y recaudar fondos para hacer frente a esa tasa.

Nuestras inversiones responden más a recursos propios, productos de la venta de algunos terrenos para construir este nuevo centro de acopio y evitar tener que hacer frente a estas tasas de los bancos.

Más allá de todo el contexto económico nacional, como preocupación, sumo la cuestión de los impuestos provinciales. Con el anterior Pacto Fiscal, a nosotros como mayoristas nos subieron de 2,5 a 4% la alícuota. Luego se planificó un plan de reducción para el sector industrial que nunca se concretó y ahora se habla de una nueva suba. El impuesto a los Ingresos Brutos tiene un efecto en cascada, que cuando se sube una jurisdicción afecta a las otras. La empresa nuestra vende desde Misiones a Buenos Aires y con impuestos más altos, no podemos competir. El gobierno no entiende que a veces, por recaudar un punto más, se pierden de recaudar todo, porque los negocios no se hacen por mejores ofertas desde otras provincias.

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